En la última década, la industria musical estuvo en constante movimiento con un futuro no tan claro pero sin dudas amenazado para las grandes compañías. Un nuevo informe de BuzzAngle Music, un tracker de números, demuestra que la gente está pagando cada vez más por las plataformas de streaming.
Las suscripciones pagas a estos soportes se incrementaron un 124% el año pasado, lo que significa el 76% del total de los streams: es decir que son muchísimos más los que pagan por el servicio que los que acceden al modo gratuito con publicidad. En 2015, el mismo segmento representaba un 62%.
Pero no hay que dejar de ver las descargas, que por el contrario demuestran una caída. Las descargas bajaron un 24,8%, pero no solo eso: hubo más streams en un día promedio que descargas en todo el año (un promedio de 1,2 billones de streams diarios contra 734 millones de descargas en todo 2016).
El último dato que aporta este informe es la caída constante de la venta de discos: en general cayeron un 15,6% (en formato físico descendieron un 11,7% y en digital un 19,4%). Y como ya se viene hablando, el vinilo es la estrella en la venta del formato físico: en 2016, sus ventas subieron un 25,9%. El vinilo más vendido del año fue Blurryface de Tweny One Pilots, con 49.000 copias, seguido de Back to Black de Amy Winehouse (41.000) y A Moon Shaped Pool de Radiohead (con casi 40.000).
Mientras que Views de Drake conquistó todas las listas de streaming, 25 de Adele fue el disco más vendido del 2016, con 1,55 millón de copias, contra el 1,51 millón de Views. La canción con más streamings del año fue “Panda” de Desiigner, con 737 millones de reproducciones.