Björk es una artista que siempre se ha mostrado sumamente dispuesta a hablar sobre las cosas o personas que la han llevado a convertirse en lo que es hoy en día. Por ejemplo, en una entrevista de 2012 nombró a The Hourglass Sanatorium, un film polaco de 1973, como una película que había provocado un impacto en ella.
En lo que respecta a discos, hace algunos años la islandesa fue desafiada por The Rest Is Noise a crear una lista completa de álbumes que hayan dejado una impresión duradera en su vida. Entre las elecciones de Björk estuvo Don Juan’s Reckless Daughter, el noveno proyecto discográfico de Joni Mitchell que llegó a su vida en un momento conmovedor durante su adolescencia.
“El primer LP suyo que descubrí fue Don Juan’s Reckless Daughter”, aseguró Björk (vía Far Out Magazine). “Tenía alrededor de catorce, quince años, y me lo sabía de memoria (todavía lo hago, cada instrumento, cada ruido, cada palabra). Me encantaría, en algún momento, hacer covers de algunas de las canciones de ese álbum, pero podrían ser demasiado sagrado para mí, demasiado inmaculado para mí incluso como para sugerir que podrían hacerse de otra manera“, confesó.
Al introducirse en el tema y explicar cómo el arte de Mitchell afectó su visión desde una edad muy temprana, Björk señaló: “A esa edad, mi amor por ella era muy intuitivo e ilimitado, con total ignorancia de su significado en América del Norte en la era hippie, por ejemplo. Supongo que ahora, con un poco más de conocimiento sobre los extranjeros, la historia, el contexto y esas cosas, entiendo mejor su importancia para el mundo y por qué tuvo tanto impacto en una adolescente en Islandia”.
“En un mundo musical gobernado por hombres, ella sigue siendo la única (excepto quizás Kate Bush) que creó un universo exclusivamente femenino con intuición, sabiduría, inteligencia, destreza y coraje: tuvo las agallas para establecer un mundo impulsado por la emoción femenina extrema, casi cualquier otra mujer está enfrentando una sensibilidad ya hecha por hombres”, finalizó Björk.