La carrera de Bruce Springsteen nunca volvió a ser la misma después del lanzamiento de Born in the U.S.A., su disco de 1984 que consolidó su estatus como un verdadero héroe estadounidense. Desde la canción principal hasta la portada patriótica, todo en el álbum hizo que The Boss pareciera el mejor estadounidense y se convirtiera en un tesoro nacional. Sin embargo, lo cierto es que tanto el tema que le da nombre al disco como el cover del LP se han malinterpretado a lo largo de los años.
Springsteen escribió “Born in the U.S.A.” desde un lugar de angustia, en un momento en el que estaba enormemente decepcionado y agraviado por los problemas que encontraron los veteranos de Vietnam cuando regresaron a casa después de servir valientemente a su país. El músico insistió en que los veteranos merecían la bienvenida de un héroe por arriesgar su cuerpo por el país, aunque recibieron lo opuesto: fueron tratados como una molestia cuando regresaron a su tierra natal. Eso desanimó a Springsteen y le provocó la necesidad de decir lo que pensaba bajo el foco de atención.
Así fue que decidió utilizar la portada del álbum para descargar ese sentimiento y crear una imagen histórica, la cual fue obra de la fotógrafa de Rolling Stone, Annie Leibovitz, y muestra al artista vestido de rojo, blanco y azul, ante un telón de fondo de rayas. Hay una historia conmovedora sobre por qué apareció la gorra que se ve en el bolsillo trasero de Springsteen. El artículo inicialmente le pertenecía al padre del amigo de Bruce, Lance Larson, pero cuando éste murió, su conocido le entregó a la leyenda del cuarto arte la gorra de béisbol roja favorita de su padre, y The Boss la incluyó en la portada del disco en homenaje después de decirle a su amigo que su padre viviría hasta el final del proyecto.
Sorprendentemente, muchas personas interpretaron la foto de manera opuesta a la canción principal: la vieron como una carta de amor al régimen y quienes captaron el verdadero significado del track asumieron que Springsteen estaba haciendo sus necesidades en la bandera de la portada, algo totalmente alejado del mensaje original. Rolling Stone entrevistó a Springsteen en 1984 y el cantante se declaró inocente en este asunto.
“No, no. Eso fue involuntario”, sostuvo en aquel entonces. “Tomamos muchos tipos diferentes de fotografías y, al final, la imagen de mi trasero se veía mejor que la imagen de mi cara, así que eso fue lo que apareció en la portada. No tenía ningún mensaje secreto. No hago mucho eso”.
La imagen no es una celebración de Estados Unidos, es solo una mirada honesta al estado de la nación en 1984. Pocas portadas de álbumes han personificado un disco de la misma manera que Born in the U.S.A. captura a la vida americana, tal como lo hace Springsteen en las vías.