Tintín, Astérix y Pocahontas han estado en el foco de las noticias luego de que se conociera que una asociación de escuelas canadienses de Ontario retiró más de 4.500 libros infantiles y novelas de sus bibliotecas por ser ofensivos con los pueblos indígenas. Además, y de acuerdo a lo revelado por Radio Canadá, también se realizó una ceremonia en la que se quemaron y reciclaron algunos libros como una forma de pedir perdón y “reconciliarse con las primeras naciones”.
Este hecho tuvo lugar en 2019, pero se dio a conocer recién ahora y entre los títulos que se quemaron se destacan Astérix en América, Tintín en América, Pocahontas y cómics de Lucky Luke, eliminados por su “representación negativa de los pueblos indígenas y la representación aborigen ofensiva de los dibujos”. Como parte de este “ritual de purificación” se realizó un video dirigido a los estudiantes donde se les explicaba que “había que enterrar las cenizas del racismo, la discriminación y los estereotipos” para habitar un país cada vez más inclusivo.
En relación a estas obras que fueron quitadas por considerar que tenían “un contenido inapropiado”, Lyne Cossette -vocera del consejo escolar de la asociación- declaró: “Se trata de un gesto de reconciliación con las primeras naciones y de una apertura hacia las otras comunidades presentes en la escuela y en nuestra sociedad“. Además, afirmó que “muchos intelectuales y ancianos aborígenes participaron y fueron consultados en varias etapas, desde la conceptualización, la evaluación de los libros y la idea de plantar árboles con las cenizas”.
Por supuesto, esta quema de libros -titulada “Give back to the earth” (“Devolver a la tierra”)– tuvo repercusión entre los políticos de Canadá, quienes se han referido a estos hechos y han dejado en claro su postura. Justin Trudeau –Primer Ministro-, afirmó que “nunca estaría de acuerdo con la quema de libros” y expresó que “no corresponde a los no indígenas decirle a los indígenas cómo deben sentirse”.