A lo largo de su longeva e igualmente prolífica trayectoria, Paul McCartney ha escrito canciones pensando en varias personas cercanas a él: colegas, familiares, parejas e incluso en los hijos de sus excompañeros de los Beatles. Eso ocurrió cuando creó “Little Willow”, track para los descendientes de Ringo Starr.
Luego de que la dupla se uniera a George Harrison en la década de los 90 para llevar adelante el proyecto retrospectivo Anthology, Macca se dedicó al que sería su décimo álbum de estudio en solitario, Flaming Pie. De esas sesiones fue que surgió “Little Willow”, el cual fue escrito para los hijos de Ringo, Zac y Jason, después de la muerte de la primera esposa del batero, Maureen.
Una triste noticia que lo motivó a escribir desde el corazón
“Estaba de vacaciones y recibí una llamada telefónica de un amigo que nos decía que otra amiga muy cercana de nuestra familia a quien conocíamos desde hacía mucho tiempo había muerto”, recordó Macca (vía Far Out Magazine). “Fue un verdadero shock para mí, mi esposa Linda y para los niños. Nos entristeció mucho la noticia”.
“Esa tarde iba a escribir una canción y no se me ocurrió nada más, para ser sincero. Pensé que sería bueno hacer un tema con ese estado de ánimo, transmitir ese sentimiento, pero también para los niños, para poder demostrar cuánto pienso en ellos. Así fue que se me ocurrió ‘Little Willow’“, sentenció.