Es imposible pensar al rock argentino sin Charly García. Referente, ídolo, leyenda, rockstar, vivió mil vidas en una y cada una de ellas quedó inmortalizada en su obra, su estética y su legado. Desde sus inicios en Sui Generis -o incluso antes-, al músico de bigote bicolor siempre le atrajo la idea de innovar y jugar con lo nuevo. Así lo hizo durante toda su carrera, no solo con sus discos sino también con su filosofía de vida.
En 1982, García se lanzó como solista con el disco Yendo de la cama al living y a partir de ahí marcaría lo que para muchos fue su etapa de oro. Para semejante acontecimiento, el músico sabía que debía ir más allá y que Obras o cualquier otro recinto no bastaría para cumplir los requisitos e ideas que estaba craneando en su cabeza. Es por ese motivo que decidió hacer lo que nadie había hecho hasta ese momento: tocar en un estadio de fútbol.
Como no podía ser de otra manera, la presentación del disco se convirtió en un hito para la historia de la música popular argentina con un show único en el estadio de Ferro Carril Oeste el 26 de diciembre de 1982. Así, Charly se coronó como el primer rockero argentino en tocar en una cancha de fútbol.
Según recuerda la Televisión Pública Argentina, el mítico recital duró dos horas y convocó a un total de 25 mil personas. Las bandas soporte fueron Suéter y Los Abuelos de la Nada (cuyos miembros también tocaron como parte de la banda de García: Cachorro López, Gustavo “El Vasco” Bazterrica, Andrés Calamaro y Willy Iturri) y Charly tocó tanto canciones de su nuevo disco como de sus álbumes previos con Sui Generis, Serú Girán y La Máquina de Hacer Pájaros. Además, durante el concierto hicieron su aparición especial Mercedes Sosa, Pedro Aznar, Nito Mestre y León Gieco.
Uno de los momentos más impactantes del show, según el público que estuvo presente, fue cuando García tocó “No bombardeen Buenos Aires”. En el momento en que esta canción llegó a la mitad, varios “misiles” llegaron al escenario por un sistema de cuerdas e impactaron contra una ciudad montada detrás de escena para hacerla explotar en llamas: una crítica punzante a la guerra de Malvinas que había sucedido meses atrás y cuya herida seguía abierta.