¿Quién no se ha encontrado haciendo muecas raras al escuchar cierto tipo de música o poderosos riffs de guitarra? Vale la pena preguntarse a qué se debe este curioso comportamiento que es tan habitual entre los fanáticos de la música. Al parecer, la ciencia tiene la respuesta.
En su afán por responder este interrogante, el medio Guitar World entrevistó al académico británico especialista en música Milton Mermikides, quien brindó algunas explicaciones a por qué se da este fenómeno tan peculiar.
¿Por qué ponemos “cara de asco” con cierta música?
“La ‘cara de asco’ es quizás solo un término moderno para una experiencia musical documentada desde hace mucho tiempo, que se encuentra en algún lugar entre un profundo placer visceral y una especie de compromiso físico, irritación o incluso repulsión: un ‘dolor placentero’ extático”, explicó Mermikides.
El científico continuó: “Se basa en la capacidad única de la música para desencadenar una serie de respuestas físicas y emocionales en el oyente. Estas incluyen nuestra respuesta a la disonancia, como la aspereza de un sonido: un acorde estridente, una melodía angular o un ritmo sincopado”.
Mermikides definió estos gestos como “respuestas cruzadas modales”, añadiendo que “es como si la música fuera tan rica, sabrosa y satisfactoria que se filtrara en nuestros otros sentidos”. Es decir, es como poder saborear u oler la música que escuchamos.