Experimentar escalofríos al escuchar música es un fenómeno normal, que ocurre cuando ciertas canciones o melodías evocan una reacción emocional intensa. De hecho, estudios han demostrado que las personas que experimentan este tipo de sensación tienen un cerebro especial, con diferencias en la conectividad neuronal que hacen que sean más sensibles a las emociones y al placer inducido por la música.
Así lo indicó una investigación publicada en Social Cognitive and Affective Neuroscience, que explica que las personas cuyos cuerpos reaccionan físicamente a la música tienen un cerebro estructuralmente diferente al del resto. En estas personas, la corteza auditiva se comunica de manera más eficiente con las áreas del cerebro asociadas al procesamiento emocional.
¿Por qué se produce este fenómeno?
Según Matthew Sachs, el investigador detrás de este estudio, el fenómeno ocurre porque, en las personas que experimentan escalofríos musicales, las áreas del cerebro que procesan el sonido (como la corteza auditiva) tienen conexiones más fuertes con regiones asociadas al manejo de emociones, como la corteza insular y otras relacionadas con el sistema de recompensa.
Este circuito estimula la liberación de dopamina, una sustancia química vinculada al placer, lo que genera una sensación de bienestar especialmente intensa cuando la música cumple expectativas de manera inesperada. Además, este fenómeno se asocia a rasgos de personalidad como la “apertura a la experiencia“, que implica creatividad, curiosidad y receptividad emocional.
Sin embargo, también depende de cómo interactuamos intelectualmente con la música, imaginando visuales o anticipando patrones melódicos, lo que hace que el cerebro responda con mayor intensidad:
“Los resultados obtenidos arrojan información tanto científica como filosófica sobre los orígenes evolutivos de la estética humana, específicamente de la música; tal vez una de las razones por las que la música es un artefacto culturalmente indispensable es porque apela directamente a través de un canal auditivo a los centros de procesamiento emocional y social del cerebro humano”.