MIRAMAR, de Fernando Sarquís
Para esta edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, Córdoba está representada en un 50% por la ópera prima de Fernando Sarquís -realizador del cortometraje Amar, temer, partir– que luego de pasar por el Festival de Mar del Plata compite dentro de la sección argentina. Lo primero a destacar en Miramar es su precisión estética; de la mano de la fotografía de César Aparicio, el desolado pueblo de Mar Chiquita se representa a partir de suaves tonalidades pasteles y atardeceres imponentes, allá donde el lago de agua salada se funde con el cielo. La cámara inquieta flota aún en los planos fijos, imprimiéndole cierta huella artesanal a cada toma. El fuera de campo es parte activa de la composición del cuadro; muchas acciones ocurren mientras la cámara continúa un plano secuencia o se detiene en un solo personaje. Por otro lado, las tomas de mayor duración poseen algunos cambios de foco que muestran de a porciones los aspectos relevantes del plano. Los escenarios exteriores son dignos de ser recordados, incluyendo desde un símil mar hasta una playa fría poblada de árboles grises y ramas desnudas.
Sofía –interpretada por la familiar y acertada Florencia Decall- es una joven ingenua, dulce y responsable que trabaja junto a su madre en una hostería, debido a una -no indagada- parálisis que deja a su padre en el hospital. Decall comprende a la perfección al personaje de Sarquís y se lo adueña; es quien, con un gesto o una oración, le otorga esa vuelta de naturalidad a los (pocos) diálogos que tiene el largometraje. Como Sofía está en una disyuntiva –ha sido seleccionada para una beca en la Universidad pero teme abandonar a su familia-, cualquier pequeña modificación en la rutina amenazará el delicado equilibrio que existe entre lo que desea hacer y lo que debe. Es así como irrumpe en la tranquilidad de Miramar un joven conflictuado –preso de alguna desilusión– que se convertirá en su silencioso confidente y compañero de caminatas por cinematográficos paisajes de la localidad. Quizás es lógico que el espectador ansíe una relación amorosa entre los protagonistas, pero lo cierto es que esta amistad –intensa pero breve– cambiará el rumbo de las emociones de ambos. La indecisión, las obligaciones, el rencor y los recuerdos afilados son algunas de las desgracias que ennegrecen a los personajes, tornándolos complejos e introspectivos. Poca será la información que el público reciba de sus respectivas personalidades, para luego poder atar cabos a medida que los oye conversar, aun cuando se trata de temas triviales. La efusividad de Sofía contrasta con la pasividad de su acompañante, que siempre parece estar pensando en otra cosa. Dos almas que divagan entre piedras y recuerdos se vuelven aliadas y se impulsan, la una a la otra, a tomar las decisiones que creen convenientes para sus vidas. M.S.
Para volver a ver: Jueves 23, 15.20, Arteplex Belgrano
GUIDO MODELS, de Julieta Sans
Guido Fuentes es un diseñador de moda independiente nacido en Bolivia. Tras instalarse en la Argentina, más específicamente en el corazón de la Villa 31, Guido iniciará una desinteresada pero interesante acción social para presentar un futuro mejor a todas las jóvenes y adolescentes vecinas de la zona. Es así donde nace el proyecto Guido Models y, consecuentemente, el documental homónimo dirigido por Julieta Sans. Esta ópera prima contó con el apoyo del INCAA a través de los subsidios por quinta vía para documentales digitales y valió la pena. El documental se inicia con una tarde lluviosa en la 31, donde algunas jóvenes con tacos altos caminan entre los charcos en dirección a una carpa. Dentro, Guido Fuentes lanza órdenes, muestra poses de pasarela y supervisa los diseños que las modelos exhibirán a continuación. A partir de allí nos toparemos de cerca con un mundo más igualitario y menos atosigante, donde cualquiera puede tener la oportunidad de modelar y, con ello, construir un futuro mejor. Nada le interesa más a Guido Fuentes que crear oportunidades de evolución y aprendizaje. Sencillo y comprometido, Guido abre las puertas de su casa -tanto de Argentina como de Bolivia- para enseñarnos su proceso creativo de manera íntima. Julieta Sans es fotógrafa y cuenta que, en un principio, se acercó hasta Guido para una especie de reportaje. Al ver el potencial del material, decidió comenzar a registrar también en video y de allí surgió la idea de hacerlo documental. Ahora Guido y sus modelos quedarían inmortalizados en pantalla grande para participar de la Competencia Argentina. Un desfile en la ciudad natal de Guido será la excusa perfecta para que el equipo realizador, junto a dos modelos elegidas por el diseñador, emprendan un viaje que los acercará a las entrañas de una cultura que –por supuesto– también se forja a partir de la moda. Un espacio para reflexionar, alentar y exigir igualdad de oportunidades ante todo. Un acercamiento emotivo a aquellos que, sin pedir nada a cambio, luchan por una sociedad más justa e integradora. M.S.
Para volver a ver: Jueves 23, 13.20, Arteplex Belgrano
DÍAS EXTRAÑOS, de Juan Sebastián Quebrada
El primer largometraje del colombiano Juan Sebastián Quebrada nace en una cátedra de la Universidad del Cine, donde estudio dirección. Días extraños transcurre en Buenos Aires pero no se ve a ni un solo argentino: la pareja protagonista, Juan y Luna, son colombianos viviendo en Argentina hace un tiempo y tienen problemas y momentos de estabilidad como cualquier otra pareja… hasta que aparece un tercero, en este caso una muchacha uruguaya que se la levantó Luna en una fiesta y la llevó a casa. Sorprende la química de los protagonistas que nos pasean por barrios del sur de Buenos Aires mientras van a fiestas, toman la línea E de subtes o simplemente caminan por puentes. Todo en el entrañable blanco y negro con el que es inevitable pensar en Bolivia de Adrián Caetano o al mismo Jim Jarmusch. Otro gran acierto es la inclusión del personaje chino que se guarda los momentos más hilarantes de la cinta: tiene una lavandería y como los chicos perdieron el ticket, no puede devolverle la ropa.
Con bastante de improvisación, Quebrada logra retratar este universo anti-porteño desde Buenos Aires. La fuerza de la pareja (la primera escena que grabaron fue la primera de sexo), el tiempo en el que está situado (días antes de Navidad, hace mucho calor y nunca pasa nada, son días medio fantasmas acá, en Colombia y en todos lados) y las risas que desata esta “tragi-comedia” hace que se distinga fácilmente dentro de la competencia internacional. R.P.
Para volver a ver: Viernes 24, 19.00, Village Caballito
AMOR ETERNO, de Marçal Forés
Luego de la insuperable Transeúntes, el cine español realza una vez más dentro de la categoría de Vanguardia y Género con el largometraje del catalán Marçal Florés. Amor eterno es una película inteligente que fusiona a la perfección elementos de diversos géneros como el romance, el suspenso y los elementos sorpresa del trhiller psicológico. Producida por la talentosísima Canadá –realizadora de preciosos videoclips como “Bombay” de El Guincho y “Icecream”, de Battles– los climas generados no son sólo apreciables por su belleza estética, sino también por su poder evocativo narrativo. Un bosque en otoño/invierno será uno de los escenarios elegidos para explotar el componente sexual de la trama, que gira en torno a un perturbado profesor de chino y su aventura romántica con un alumno de su clase, introspectivo y misterioso. Cuando uno cree haberlo visto todo –o por lo menos ha percibido el increíble aumento de películas de temática homosexual en los últimos años- Amor eterno retuerce la percepción y se transforma en algo más. Con giros impredecibles, la historia de a poco se torna cada vez más oscura y desarraigada, paseando al espectador por una variedad de atmósferas bien logradas y de timing justo. Una obsesión nace, se reproduce y muere durante los 69 minutos de filme, tergiversando los ideales del amor y la sexualidad como sólo los españoles pueden –todavía– hacerlo. Los zoom-in y zoom-out suaves y lentos que Canadá está acostumbrada a utilizar en su abanico de videoclips, cortometrajes y publicidades aporta un tipo de mirada externa que acecha a los personajes a lo largo de sus caminatas por el bosque, permitiéndole al espectador sentirse parte también de la perversión que flota en el aire. Mientras tanto, en los planos cortos los fondos parecen convertirse en óleos verdosos difuminados que añaden supremacía a la composición de las imágenes. La música es tema aparte; Don The Tiger, Sonny & The Sunsets y Miedo aportan sus entrañables melodías incluso hasta para ironizar o intensificar las diferentes secuencias. Hasta el propio Sonny Smith tiene su papel secundario en el largometraje, quizás en la piel del personaje más tímido y centrado de la trama, ese que aún no se ha animado a cruzar la línea. Luego del éxito de su ópera prima Animals –vista en el BAFICI de 2013– Forés vuelve a desarmar los géneros cinematográficos para descolocar a su público, arrancándolo de la comodidad que significa presenciar una película predecible. Los personajes de Aimar Vega y Joan Bentallé – acompañados por un vasto séquito de seres incomprendidos – construyen una historia idílica de pasiones desenfrenadas que pueden culminar en cualquier cosa. M.S.
Para volver a ver: Jueves 23, 15.40, Arteplex Belgrano
Textos por Melina Storani (M.S.) y Rodrigo Piedra (R.P.)