Morrissey es un personaje con opiniones y afectos bastante radicalizados, así que no resulta extraño que su relación con los Ramones haya sido de amor y odio. Todo comenzó en 1976 cuando el británico contaba apenas con 17 años.
Por entonces, él se despachó con una carta llena de desprecio por Joey y compañía que salió publicada en la revista Melody Maker. En tal misiva, el joven Moz señalaba:
“Los Ramones son la última banda revoltosa de degenerados sin talento cuyo logro más notable hasta ahora es su capacidad para avanzar más allá de los límites de la ciudad de Nueva York, y únicamente con el impulso de una literatura publicitaria muy convincente que proyecta a los Ramones como un regalo de Dios a la música rock”.
No obstante, muchos años después, y cuando ya había alcanzado la fama como líder de The Smiths, el nacido en Mánchester cambió totalmente su posición ante los autores de himnos como “I Wanna Be Sedated” y confesó que estaba equivocado sobre ellos y su invaluable legado musical: “Cuando compré el primer álbum de Ramones, me enfurecieron los celos porque sentí que habían sacado a los New York Dolls del mapa. Pero estaba 100% errado”.
En 2014, el romance del divo con los rebeldes neoyorkinos llegó a otro nivel cuando él mismo seleccionó las canciones de un álbum recopilatorio: Morrissey Curates The Ramones. Como si fuese poco, en 2016 incluyó en el setlist de un show en Nueva York un cóver de “Judy Is a Punk“, que no tardó en sumar a su repertorio habitual. Miralo a continuación: