Dentro de la historia del arte del siglo pasado, existe un lugar especial para la famosa “Fuente” firmada con el nombre “R. Mutt” y presentada en la prestigiosa exhibición de la Sociedad de Artistas Independientes del Grand Central Palace en Nueva York en 1917 por parte de Marcel Duchamp.
Y es que esa obra en cuestión no era más que un orinal de porcelana que sería rechazado y no formaría parte de la citada exhibición; no obstante, pasaría a la gloria más adelante como la pieza fundadora del arte moderno y como parte del movimiento dadaísta que luego se expandiría a otras ramas artísticas como la literatura. La misma ideología, además, serviría de base para movimientos como el punk, que también renovarían la escena musical y social de décadas posteriores.
Lo que ahora se acaba de dar a conocer sobre dicha creación es que su autor no fue el francés Duchamp sino su colega, la también artista plástica, Elsa von Freytag-Loringhoven, una joven alemana que también formó parte de esa vanguardia intelectual. De ella además ha sido reconocida su faceta como poeta y performer.
La noticia es que, según reportan revistas especializadas como See All This, más adelante saldrían a la luz cartas firmadas por Duchamp, y una de ellas que data del 11 de abril de 1917, confirma que la autoría de “La Fuente” es de su compañera Elsa y no de él. Ahí también explica que ella decidió usar un seudónimo masculino para probar suerte en la célebre exhibición de arte newyorkina antes descrita.
Resulta ser entonces que uno de los capítulos más revolucionarios del arte comenzó gracias al trabajo de una mujer, y recién ahora nos estamos enterando. Un hecho lamentable, aunque para nada sorprendente. Para rendir homenaje a su legado, compartimos a continuación otra de sus obras más destacadas, titulada “Dios”, realizada también en 1917.