El comienzo de los 90 en nuestro país trajo aparejado la proliferación y posterior masificación del rock barrial, como así también de la cultura del aguante y la espectacularización del rock. Sin embargo, en paralelo a ese ecosistema, hubo artistas que eludieron el statu quo que imperaba durante esos años y nos dejaron discos icónicos que marcaron a fuego a parte de una generación. Muchos de esos álbumes hoy en día forman parte del catálogo de Calar Music, sello discográfico argentino con base en San Francisco.
“En 1997 comencé a involucrarme más en la movida, cuando abrió el bar Sarajevo y empecé a trabajar ahí, también en el bar Fin del Mundo y otros lugares de San Telmo. Ahí fue cuando surgió la idea del sello”, comenta Cristian López, director del sello, en conversación con Indie Hoy. Dos años y muchas noches en distintos antros y escenarios del under porteño tuvieron que pasar hasta la materialización de la primitiva idea del sello que tuvo López, con la edición del EP Sing de NO:ID, proyecto que armó Gustavo Madrid post disolución de la banda Mutantes Melancólicos.
Desde el comienzo, Calar Music estuvo atravesado por dos grandes características. En primer lugar, el enlace directo de su catálogo con la escena alternativa, aunque el propio López indica que su gusto musical es muy amplio y evade cualquier tipo de encasillamiento. Y en segundo lugar, la edición en vinilo. “Siempre edité en vinilo -cuenta López-, tal vez he sacado algún CD promocional pero realmente no me interesa otro formato. Es algo natural, no fue impostado por el mercado. De hecho, cuando comencé no había ninguna fábrica en Argentina”.
Durante los primeros años de vida de Calar, el sello editaba solamente un disco por año ya que era lo máximo que estaba al alcance de López, quien siempre priorizó la calidad sonora en sus trabajos. Fue por esa razón que en 2009, en pos de seguir desarrollando el trabajo del sello en mejores condiciones, López decidió radicarse en la costa oeste de los Estados Unidos. “No me interesa tener éxito o plata, pero sí tener el trabajo que uno quiere hacer, y en Argentina, para mí, en ese momento se me hacía imposible”, admite.
A partir de entonces, Calar Music llevó adelante decenas de ediciones que incrementaron el valor artístico e histórico de su catálogo, entre las que se encuentran discos como el mítico álbum de la banda Dios, Hora de no ver de Suárez, Canciones que un hombre no debería cantar de Gabo Ferro, Peloto Cabras Mutasa Olve de Reynols, el disco homónimo de Siete Rayos y algunos compilados donde aparecen bandas como Mujercitas Terror, Isabelasnacho y Trópico de Cancer.
La nomenclatura de discos y bandas con los que Calar trabaja no solo se limita al plano nacional, y con su llegada a Estados Unidos varios artistas norteamericanos, como Annie Girl and The Flight o Mayya, también se acoplaron al sello.
En relación a la curaduría musical, López indica: “Me interesa hacer discos que suenen bien principalmente y que tengan cierta significancia emocional para mí”. También, en referencia a una de las principales particularidades sonoras y estéticas de las bandas a las que Calar Music edita, el director sintetiza: “Siempre me gustó el ruido y la disonancia. Es divertido y normalmente no es pretencioso, cualquiera puede hacer ruido y eso es liberador”.
Para este año, Calar tiene todo listo para publicar dos discos icónicos: Estudio de casos de Los Corrosivos -grabado en vivo en el Parakultural por Daniel Melero– cuya edición también contará con cuatro bonus tracks grabados en estudio, y Tangos bajos del grandísimo Daniel Melingo.
A más de 20 años de sus inicios, Calar Music sigue honrando a la poesía, al ruido y, por sobre todas las cosas, a bandas que, desde escenarios lúgubres, desarrollaron obras que supieron consolar y contener a una generación. Gran parte del catálogo de Calar Music se puede encontrar en Bandcamp, sitio donde también el sello comercializa sus ediciones en vinilo.