Con el compromiso de tender puentes entre los mundos de la cultura, la inclusión social y la educación, la Fundación Besares se destaca al presentar sus proyectos emblemáticos en Buenos Aires. Bajo la dirección de la gestora cultural Manuela Van Den Broeck y del ingeniero y productor musical Francisco Stuart Milne -ambos argentinos radicados en Berlín-, la fundación oficializa su impactante labor que reverbera positivamente tanto en la capital argentina como en la ciudad europea.
El proyecto “Disco solidario” representa una oportunidad única para músicos de Buenos Aires, permitiéndoles financiar la grabación, mezcla y masterización de sus discos, mientras dictan clases de música y composición durante un cuatrimestre en casas de apoyo escolar de barrios carenciados. La iniciativa demostró ser una conexión vital entre la producción artística y el impacto social, brindando a niños y niñas la oportunidad de ampliar su contacto con el arte y a los músicos y músicas, la posibilidad de financiar sus obras mediante el trabajo solidario.
Paralelamente, el programa “Residencias Berlín” busca fomentar conexiones significativas entre músicos argentinos y berlineses, promoviendo colaboraciones que trasciendan fronteras y unan tradiciones musicales. Respaldado por el Berlin Music Commission, este proyecto va más allá de la mera experiencia estética, ofreciendo oportunidades como giras, sesiones de grabación y workshops para músicos argentinos recién llegados a Berlín. Ambos programas reflejan la visión de la Fundación Besares que, a través de la música, busca generar un impacto social duradero, impulsar el desarrollo cultural y construir puentes entre artistas, comunidades y países.
El miércoles 22 de noviembre a las 19 h, la fundación presentará sus dos programas para artistas independientes en el espacio Experiencia Besares, la entrada es gratuita con inscripción previa. Antes de esta presentación, Manuela Van Den Broeck y Francisco Stuart Milne hablaron con Indie Hoy acerca de sus proyectos transformadores que fusionan música, inclusión social y educación.
¿Cómo comenzó el proyecto “Disco solidario”?
Manuela Van Den Broeck: Nosotros comenzamos con el proyecto de Fundación Besares en 2012, gestionando dentro del espacio en un centro cultural en Núñez hasta 2017. Ahí decidimos dar un giro y se nos ocurrió la idea de “Disco solidario”, después de vivenciar, convivir y armar redes con los artistas que pasaban por el centro cultural. La idea del centro cultural era el apoyo a artistas emergentes, sobre todo de la Ciudad de Buenos Aires, pero igual era de todos los artistas argentinos en general. También nos parecía fundamental seguir siendo autogestionados, como veníamos siendo con los propios recursos de la fundación, que es básicamente el edificio. Decidimos empezar a usar las instalaciones de una manera privada, generando eventos sociales y corporativos, y con esa financiación empezamos a generar el proyecto de “Disco solidario”. El proyecto apoya y subsidia los discos de diferentes artistas que convocamos a través de una convocatoria abierta, y el artista a cambio se termina financiando su propia obra dando clases.
¿Podrían contarnos más sobre esa conexión entre artistas y niños que surge mediante la música?
MVDB: Es bastante sorpresivo. Para empezar, se genera algo único y especial con los chicos de las casas de apoyo escolar y la gente misma que trabaja en el lugar. Porque hay algo muy particular que tiene este programa: los voluntarios que enviamos tienen un compromiso del 100%. La fundación firma un contrato con estos artistas, estos artistas reciben y dan esto a cambio. Esto genera otro acercamiento y una modalidad muy diferente a la que generalmente sucede con gente que va solo como voluntaria. Además, es un compromiso con chicos que tienen situaciones muy precarias y que la mayoría sufre el abandono, por eso proporcionarles talleres es muy valioso. Y el resultado que obtenemos es que los artistas terminan recibiendo algo muy bueno e inesperado cuando van y ven que los grupos se copan tanto y lo que genera esta cuestión de dar y crear música. Todos los artistas vuelven a mí agradeciéndome. Terminan maravillados por la experiencia.
Francisco Stuart Milne: En algunos casos incluso se retroalimenta la música que están produciendo en paralelo mientras hacen estas clases. Se trata de repensar la función del músico y su obra. Eso también partió de experiencias del otro lado, porque más allá de las necesidades sociales, también están las necesidades de los músicos de encontrar maneras diferentes de darse un sentido en el mundo y dar un sentido a su música. Es una manera de hacerlo sustentable y de poder producir un disco en alta calidad. Cuando los músicos ponen su obra en función de algo social, se resignifica lo que ellos hacen y eso es inspirador para su producción.
¿Cómo es el proceso de conectar a los artistas con técnicos y profesionales de la grabación para trabajar en el disco?
FSM: Nosotros ponemos en contacto a los artistas con productores e ingenieros. Hacemos un trabajo de sugerir, pero finalmente es el artista quien elige con quién quiere trabajar. En algunos casos se abren otras conexiones y se moviliza una parte creativa llena de posibilidades nuevas.
¿Cómo se sienten al ver los resultados finales sabiendo todo lo que involucra el proceso?
FSM: Obviamente con mucha alegría, tanto desde lo social como del lado artístico. Es estimulante poder buscar soluciones nuevas a problemas históricos y poner en funcionamiento mecanismos que sean sustentables, que sean alternativas a lo que ya existe en el mercado de la música y en la forma de producir.
¿Qué destacarían de la colaboración con los artistas LvRod y Cruz en el programa “Disco solidario”?
MVDB: Fueron parte del anteúltimo “Disco solidario”, y lo particular es que con ellos estrenamos un anexo al programa que es “Grabación de mi canción”. En el taller que dieron en Umbrales, hicieron y produjeron una canción junto con los chicos que participaron y terminó quedando una canción, la cual fueron a grabar a Romaphonic. Así que, agregando a lo que decía Francis recién, los chicos también vivieron el proceso de lo que significa pasar por un proceso creativo, teniendo la grabación y después poder escucharse. Cruz es un productor excelente y la verdad es que está quedando muy bueno, lo vamos a sacar pronto. Solo tenemos que terminar de mezclarlo y masterizarlo y va a ir acompañado con un video que también filmamos.
¿Cómo surgió la idea de “Residencias Berlín”?
MVDB: Cuando nos mudamos a Berlín en abril de 2021, queríamos continuar con nuestros proyectos acá, porque es lo que hacemos. Francis consiguió un lugar en un estudio de grabación, que es muy bonito y está en un lugar muy particular: una antigua radio de la RDA, de la Berlín del lado comunista. Tiene muchos espacios y venues muy copados donde suceden muchas cosas a nivel musical. Es nuestra base de trabajo para seguir gestionando nuestros proyectos en Berlín. Tenemos la necesidad de seguir conectados con Buenos Aires, porque todavía seguimos gestionando los proyectos de la Fundación Besares, y la idea es poder conectarlos con Alemania. Sentimos que, más allá de nuestro proyecto, Alemania y Argentina tienen una historia cultural en común. Con los recursos que contamos, con las conexiones, con nuestros propios deseos de seguir extendiendo esto y hacerlo, decidimos hacer el proyecto en Berlín. Así se nos ocurrió empezar a trabajar con la comunidad latina de acá. Y ahora estamos en pleno desarrollo del proyecto de las residencias para poder hacerlo posible.
¿Cuál es la relación entre las escenas artísticas de Argentina y Berlín en el marco de la residencia?
FSM: Suceden dos cosas: hay gente que está acá haciendo cosas muy buenas en diversos ambientes de la música y de distintos estilos, y también hay gente que viene de gira. Lo que empezamos a notar rápidamente es la calidad de la música que se hace en Argentina. Tiene una proyección internacional muy poderosa, tiene algo para decir en el mundo. La perspectiva de habernos ido nos puso eso de una manera muy clara. Obviamente hay cosas buenísimas acá, pero la música argentina no tiene nada que envidiarle a ninguna música del mundo. Y puede perfectamente convivir con cosas de todos lados. Eso es una cuestión muy importante. Entonces, a la gente que viene de gira, les queremos dar la posibilidad de tener un espacio acá en Berlín. Una especie de vidriera de la música latinoamericana y de Argentina en particular. Y también tiene que ver con seguir pensando la música y los distintos elementos, como en este caso un estilo de grabación, de una manera distinta y original. Es un intercambio más profundo con la ciudad. Vos haces algo acá y no es que queda encapsulado, sino que reverbera en Buenos Aires. Y de repente, el poder de la música encuentra otro cauce que no es el que sigue el formato normal.
¿Podrían compartir alguna experiencia particular que hayan vivido con artistas argentinos en Berlín a través del programa?
MVDB: Hace poco, Juan Ibarlucía pasó por Berlín con su colectivo e hicimos una residencia junto con otro proyecto que tenemos nosotros acá, junto con la Fundación Besares también. Es una primera residencia que la realizamos como piloto. La verdad es que estuvo muy buena la experiencia. Hicimos una convocatoria y de los 60 músicos que se anotaron trabajamos con 15. Durante dos días crearon música entre todos desde un costado experimental.
FSM: El estudio lo dividimos en tres. Pusimos estaciones de trabajo independientes donde pudieran trabajar. Y decimos que es una prueba piloto por la duración. Fueron solamente dos días, para una residencia es poco. El resultado es una cosa impactante. Una catarata de música y de conexiones. Donde también había muchos músicos argentinos, naturalmente por nuestras conexiones acá. Y se habló mucho de esta relación entre Buenos Aires y Berlín. Si bien es una relación con Latinoamérica y con Argentina como país, hay entre las dos ciudades una conexión muy fuerte por factores históricos y por la identidad de ambas ciudades.
Concocé más sobre la Fundación Besares y sus programas en su sitio web.