El interrogante de “¿cómo será recordada la humanidad?” parece ser una cuestión que, lejos de simplificarse, se sigue abriendo a nuevas posibilidades y miradas que difieren entre sí. Las cápsulas del tiempo sirvieron -y sirven- para guardar mensajes y objetos representativos para una sociedad, con la esperanza de que generaciones futuras las encuentren y puedan tener un pieza material del pasado. Ahora, esta idea fue trasladada a la música.
Desde la consultora en negocios noruega Elire anunciaron que se encuentran preparando la Global Music Vault: una iniciativa que planea recopilar varias canciones en una bóveda y ubicarla bajo una montaña en el Círculo Polar Ártico. Por otro lado, también recalcaron que desean resguardar las composiciones en caso de que llegue el fin del mundo. “Queremos preservar la música que nos formó como seres humanos y moldearon nuestras naciones”, dijo Luke Jenkinson, director del proyecto.
Para llevar a cabo esta idea, Jenkinson y su equipo se encuentran trabajando en conjunto con Piql, otra empresa noruega que se encarga de proteger obras de arte con un proyecto similar, “The Arctic World Archive”. La compañía aseguró que su forma de almacenamiento, a la que denominaron “PiqlFilm”, es indestructible y resistente a pulsos electromagnéticos y bombas nucleares.
Otro punto importante del proyecto es la selección de canciones que irán dentro de la bóveda. Para ello, cuentan con la colaboración del Consejo Internacional de Música (IMC) en París, que se encargará de identificar y escoger las canciones “más queridas y representativas” de cada nación en especial. Así lo aseguró el compositor y presidente del IMC, Alfons Karaduba.
Inicialmente, la Bóveda Musical funcionará para almacenar música representativa de pueblos originarios e indígenas pero, según se informa, también hay planes de hacer encuestas para que las personas de cada país puedan elegir qué canciones los identifican.