Hace no mucho hablamos sobre la llegada de Ibiza, una comedia de tono fiestero producida por Netflix. Si bien tal producción ha recibido críticas diversas, desde las más halagadoras hasta otras menos favorables, lo que es noticia por estos días es un detalle confesado por su director Alex Richanbach sobre el proceso creativo de la mencionada cinta. Se trata entonces concretamente del hecho de que nunca fue a la isla europea en la cual acontece esta historia titulada con su nombre.
Así que, al interrogante puntual sobre si alguna vez visitó Ibiza, Richanbach contestó lo siguiente durante un diálogo con Mixmag:
“No he tenido la oportunidad de ir. Entonces hice toda mi investigación por medio de nuestro escritor que pasó bastante tiempo allá y también gracias a Richard Madden que estuvo un buen tiempo por esos lados y también vi todo lo que pude de documentales y leí libros e hice lo posible por informarme. Pero la velocidad con que acontenció este proyecto no me permitió llegar allá”.
Previo a esa pregunta, Alex había comentado que la idea original de la película surgió hace varios años en el guion escrito por su amiga Lauren Kahn, quien más adelante lo buscaría para dirigir la propuesta una vez fue posible ponerla en marcha, a lo cual el aceptó gustoso porque estaba fascinado con la misma.
Hay que reconocer en todo caso que el periodista encargado de dicha entrevista fue un poco (bastante) insistente con algunos temas, dentro de ellos la importancia de tomarse el tiempo para conocer un lugar antes de rodar un largometraje sobre él. De igual forma, el representante de la revista fue bastante duro con lo que el describe como “glamorización de las drogas” en tal producción cinematográfica. Ante todas esas posiciones, el director se mostró un poco molesto (sus largos e incómodos silencios son transcritos por el redactor) y repetidamente le respondió “lo siento si lo percibiste de ese modo”, aunque más adelante Richanbach se defendió reiterando que mucha otra gente no ve las cosas de ese modo y ha celebrado su trabajo.
Otro detalle importante que quedó en evidencia gracias a esa pieza periodística es que ni una sola de las escenas que se muestran en esta comedia del séptimo arte fueron filmadas en Ibiza, sino que todas se realizaron en Croacia.