Ivanka Trump, la hija de Donald que es diseñadora de moda, escritora y empresaria (o al menos eso dice ser), revela en un libro de memorias de su madre su pasado punk y reconoce la influencia de Kurt Cobain en su juventud.
Ivana (madre de Ivanka y primera esposa de Donald) publicó su libro de memorias Raising Trump, que como su título indica cuenta cómo fue criar a sus hijos en ese imperio. En una parte, de la mano de Ivanka rememora su fase más rebelde:
“Durante mi etapa punk en los años noventa, estaba muy obsesionada con Nirvana. Mi armario consistía en pantalones de pana desgarrados y camisas de flanela. Un día después del colegio, me tinté el pelo de azul. Mi madre no fue muy fan de la decisión. Me miró una sola vez e inmediatamente fue a la droguería más cercana para comprar una caja de 10 dólares de Nice’n Easy [una famosa marca de tintes para el cabello]. Esa noche, me obligó a tintarme el pelo de vuelta al rubio. El color que eligió era de hecho tres tonos más claro que mi color natural… ¡Y desde entonces no lo he cambiado!”.
Omitamos el hecho de que Nirvana es grunge y no punk. Cualquiera sea el caso, en el mismo libro Ivanka recuerda el día del suicidio de Kurt Cobain como uno de sus episodios más traumtizantes de la adolescencia:
“No fue mucho después que Kurt Cobain, el cantante, compositor y guitarrista de Nirvana, se suicidó. Fue un shock que me dejó consternada. Mi madre no tenía ni idea de quién era Kurt Cobain, así que simpatizó lo justo. Después de 24 horas de llorar desconsoladamente sola -vaya melodrama- en mi habitación, mi madre tuvo que arrastrarme fuera de allí para bajar a cenar”.