Kanye West le puso punto final a su contrato de exclusividad con Tidal: esto no sorprende a muchos, ya que, si bien el rapero y productor de Chicago solía tener una gran relación con el dueño mayoritario de la empresa de streaming, JAY-Z, es de público conocimiento que dicho vínculo se fue desgastando poco a poco durante los últimos años, hasta el punto en que ambos artistas empezaron a hacer público su descontento para con el otro de muchas maneras.
Hace unos días, el portal de noticias TMZ reportaba que Yeezy habría reclamado “más de 3 millones de dólares”, montón que la compañía le debería a Kanye ya que su último álbum, The Life of Pablo (que empezó siendo un exclusivo de Tidal), “resultó en 1,5 millones de suscriptores nuevos, por lo que se suponía que él recibiera una bonificación que la empresa no le pagó”.
Según el mismo reporte, a West tampoco le han reembolsado la producción de los videos de promoción del disco.
Del otro lado de la mesa, la compañía argumentaba que el rapero fue quien no cumplió con la entrega de todos videos que le fueron requeridos.
Al ser publicado esto, ambas partes se llamaron a silencio, pero los hechos posteriores confirmaron la disputa: Kanye West formalizó la finalización de su acuerdo debido a “un incumplimiento de Tidal con respecto a sus obligaciones financieras”, según una fuente cercana al rapero le hizo saber a Billboard.
Por su parte, la empresa amenaza al esposo de Kim Kardashian con demandarlo si este llegase a firmar un acuerdo de exclusividad con otra empresa.
El cuadrilátero está preparado. Los pesos pesados en sus respectivas esquinas. Lo único que resta es, como diría el mítico Michael Buffer: get ready to rumble!