Neil Young es un artista con una vasta carrera y con un innegable estilo propio. A través de los años, el cantante y compositor ha experimentado con diversos sonidos y géneros, enriqueciendo una carrera que también tuvo altos y bajos. Durante la década de los 80 el músico lanzó ocho álbumes, pero estos no se encuentran entre sus más exitosos y en aquel momento tampoco tuvieron un recibimiento positivo de parte de la prensa y el público.
En 1982 el cantautor firmó con la compañía Geffen Records y junto a ellos estrenó el disco experimental Trans, algo que no agradó a la disquera, ya que esperaban una propuesta más ligada al rock and roll. Como manera de responder a una empresa que objetó su forma de componer y quiso direccionarla, el canadiense estrenó Everybody’s Rockin’, que se gestó como una especie de ironía hacia la disquera y terminó siendo un verdadero fracaso comercial.
Esto generó que Geffen demandara al artista por 3,3 millones de dólares, pero luego él mismo presentó una contrademanda amparándose en una cláusula de su contrato que incluía la no determinación de sus piezas creativas. En una entrevista con Mojo (vía Ultimate-Guitar), Young recordó aquel momento:
“Cuando hice discos como Everyboy’s Rockin’ y todos lo criticaron, sabía que podía pasar. ¿Creen que soy estúpido? ¿La gente realmente pensó que lancé eso pensando que era lo mejor que había grabado en mi vida? Obvio que me doy cuenta que no lo es. Además fue una forma de destruir lo que había hecho previamente”.
Sobre el mismo tema, el compositor de “Harvest Moon” habló con The New York Times y expresó: “Me dijeron que querían que toque más rock and roll, y me dijeron que no sonaba como Neil Young, así que les di Everybody’s Rockin’ y les dije ‘Este es un álbum de rock and roll de Neil Young luego de que alguien le diga lo que tiene que hacer; esto es exactamente lo que me dijeron que querían'”.