El talento de David Bowie parecía no tener límites y muestras de ello daba su capacidad para desempeñarse en múltiples áreas como la música, la actuación y hasta la escritura, no solo de canciones, sino también de libros. La primera incursión del Duque Blanco en el mundo de la literatura se produjo en la década de 1970, en una época en la que el artista estaba atravesando un difícil momento en su relación con la cocaína. Fue entonces cuando “Bowie decidió darle su propio giro a la categoría de autobiografía al agregar una pizca de ficción en buena medida”.
Durante una entrevista con Rolling Stone en 1976, David Robert Jones (nombre real del músico) explicó la razón por la que decidió adentrarse en ese proceso de escritura. En aquella oportunidad, el nacido en Londres dijo: “Todavía no he leído una autobiografía de un rockero que tuviera el mismo grado de presunción y arrogancia que solía tener un disco de rock and roll. Así que decidí escribir mi autobiografía como una forma de vida”. “Puede ser una serie de libros. Soy tan increíblemente metódico que podría categorizar cada sección y convertirla en una enciclopedia, ¿me entiendes? David Bowie como el microcosmos de toda la materia”, agregó.
A pesar del entusiasmo que lo impulsaba por aquellos días, los esfuerzos de Bowie nunca llegaron a verse materializados en un libro y decidió centrar su mente y creatividad en el disco Station To Station, aunque posteriormente quiso volver a dedicarse a la escritura con el objetivo de dar a luz una novela completa. En un diálogo con The Word en 2003, el ídolo del glam rock quiso poner en palabras sus planes extravagantes para el proyecto y admitió que “nunca se completará en mi vida”, aunque también confesó que su trabajo en la escritura le aportó una nueva responsabilidad para enfocarse fuera de la música y que estaba “divirtiéndose” escribiéndolo.
“Comienzo con las primeras mujeres sindicalistas en la década de 1890 en el East End de Londres y llego directamente a Indonesia y los problemas políticos de los mares del sur de China”, señaló sobre los complejos temas de la novela. “Estoy recogiendo estas cosas extraordinarias que nunca supe. Y es muy fácil investigar en internet. Es algo que he estado escribiendo durante los últimos 18 meses y es terriblemente difícil”, reconoció. Con respecto a lo ambicioso del proyecto, el propio Bowie afirmó: “Es tan épico que no estoy seguro de que alguna vez lo termine. Tal vez las notas surjan después de mi muerte”.