Una nueva edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente comienza mañana con la proyección de la película El cielo del Centauro. Con la emoción cinéfila a flor de piel y entradas en mano, estas son nuestras recomendaciones que oscilan entre géneros diferentes, indiferentes a las etiquetas de “lo nuevo” y “lo viejo”, esquivando las generalidades pero a su vez no aislando al producto de su contexto de origen, la ideología que demanda o la estética que utilizan:
El incendio (de Juan Schnitman)
“Una pareja joven está por mudarse del departamento que alquila al que tiene planificado comprar en esa jornada que comienza. Todo está empaquetado: el ambiente es inhóspito. Ya no hay un hogar en ese lugar, y el nuevo todavía no está disponible. Hay que comprar un departamento, hay que mover una gran suma de billetes en efectivo –una práctica del absurdo económico de la Argentina que hemos naturalizado, como tantas otras aberraciones–. Algo no se organiza del todo bien. Nervios, problemas, tensión: los golpes físicos, las heridas emocionales, objetos que se destruyen, todo está en riesgo, todo puede colapsar. En unas horas, lo que parecía el inicio de un futuro compartido se vuelve una pesadilla en la que el adentro y el afuera interactúan de forma lacerante.” La ópera prima de Schnitman – codirector de El amor, primera parte junto a Santiago Mitre, Alejandro Fadel y Martín Mauregui – fue definida por su propio director como un “policial de parejas”, donde aparentemente todo lo que se planea sale mal. Los personajes sufren, a lo largo de un día, un acontecimiento estresante con una fuerte impronta realista y paranoica.
Ragazzi (de Raúl Perrone)
Los fanáticos del cine independiente argentino en general y del interior en particular no pueden dejar pasar la oportunidad de ver la nueva película de Raúl Perrone en pantalla grande. Filmada parte en Córdoba, parte en Ituzaingó – por supuesto -, Ragazzi resignifica el lenguaje blanco y negro – al igual que lo hizo P3ND3JO5 en su momento – y cuenta una historia de fantasmas, sol e ideas Passolistas dividida en dos movimientos. El Jueves 16 de abril, a las 20.30hs, se realizará el estreno oficial de la película en el festival, con la asistencia del propio Perrone en la sala.
La mujer de los perros (de Laura Citarella y Verónica Llinás)
Esta segunda colaboración de la directora Laura Citarella y la actriz Verónica Llinás, luego de Ostende, contó con un equipo técnico reducidísimo – no más de 5 personas – y 10 perros. Con un esquema de trabajo más bien artesanal – como acostumbra a trabajar El Pampero, productora de la cual Citarella es socia, La mujer de los perros ha recorrido el mundo alrededor de dos años y fue seleccionada para competir por los Hivos Tiger Awards, que reparten tres premios de 15.000 euros cada uno a entregados en el marco del pasado Festival Internacional de Cine de Rotterdam. “La película se llama La Mujer de los Perros y todas las imágenes remiten a eso: a una mujer con perros”, dictamina Citarella, que comparte el rol directivo con Llinás por primera vez.
Placer y martirio (de José Celestino Campusano)
El cine de José Celestino Campusano es crudo y penetrante. Sus realidades – o mejor dicho, las realidades que elige encuadrar – son una crítica directa a un sistema amorfo e injusto en el que los seres humanos nos hemos visto envueltos desde tiempos inmemorables. Sin embargo, por primera vez en su extensa filmografía, Campusano desvía el foco de atención de los grupos marginados – u outsiders – del conurbano bonaerense para centrarse en la clase alta. La película, rodada en Valdivia, está basada en la historia verídica de Delfina, una mujer acomodada que a partir de una nueva relación se involucra en una red dramática de violencia emocional, situaciones turbias y amores prohibidos. Con Cine Bruto – su propia compañía – y el apoyo del INCAA, Campusano ofrece un respiro de sus lineamientos habituales para sorprender.
Los exiliados románticos (de Jonás Trueba)
El hijo del mítico guonista, productor y director español Fernando Trueba, Jonás, dirige su tercer largometraje, una secuela de Los ilusos. En esta nueva oportunidad, el público se reencontrará con los dos viejos amigos protagonistas de ésta última, excepto por una salvedad: el encuentro, en medio de un viaje, ocurrirá en verano. Una promesa de un cine nostálgico pero convincente que retrotrae a experiencias personales de momentos compartidos.
Ben Zaken (de Efrat Corem)
La sobriedad que anuncia el tráiler promocional de Ben Zaken es indiscutible. Una familia partida por la ausencia de una figura materna intenta desenvolverse en la normalidad de la vida diaria a través de planos sostenidos, distantes. El primer largometraje de Efrat Corem, nacida en Ascalón Israel, es un drama familiar basado en las inseguridades de un padre abatido. Los colores fríos y los contrastes duros intensifican la maraña psicológica que se entreteje entre una niña, sus dos hermanos, su abuela y su papá.
Miramar (de Fernando Sarquís)
Florencia Decall – la joven actriz cordobesa destacada en Atlántida de Inés Barrionuevo, protagoniza la ópera prima de Fernando Sarquís, Miramar. Una paleta de tonos pasteles, una hostería y un balneario cordobés en temporada baja son algunos de los elementos que se asoman tras el tráiler de Miramar. La película se llevó uno de los premios extras de la sección “Work in progress” del Mar del Plata Film Festival de 2013, y cuenta también con las actuaciones de Maximiliano Gallo, Eva Bianco y Eduardo Rivetto. La trama gira en base al encuentro de Sofía y Javier y de cómo éste provoca un giro radical en la vida de ambos personajes. Varios días de conversación nos permitirán adentrarnos tras los misterios escondidos en los ojos de sus participantes.
Above and below (de Nicolas Steiner)
Este documental suizo, la segunda obra de Nicolas Steiner, es un discurso claramente poético que divaga sobre diferentes estilos de vida que desean alejarse de toda existencia normal y mundana. Con simpatía se presenta una serie de refugios y sus respectivos habitantes, que comparten sus códigos, vivencias y deseos con el espectador. La fotografía cuidadosamente planeada genera que Above and below sea una película disfrutable para todos los sentidos, mientras una extraña América se revela de pronto.
Le maraviglie (de Alice Rohrwache)
Hija de madre italiana y padre alemán, Alice Rohrwache dirige una obra premiada por el Gran Jurado de Cannes, basada en el verano de una niña de 12 años. Después de su primer largometraje Corpo Celeste – y de participaciones en documentales, como intérprete de obras musicales teatrales y, además, en el rol de editora -, la cineasta narra la historia de una familia italiana rural y de cómo Gelsomina – el engranaje central de la convivencia – interactúa con ella. Con la participación de Mónica Belucci como una especie de figura alada, entre real y fantástica, Le maraviglie (The wonders) relata cómo las imposiciones familiares nos forjan desde pequeños y de que tan posible es revertirlo.
La niña de tacones amarillos (de Luján Loico)
Ambientada en Tumbayá, Jujuy, el largometraje de la porteña Luján Loioco es una ficción que registra cómo el paso del tiempo – y sus consiguientes adaptaciones y evoluciones tecnológicas, sociales e humanas – puede acabar de a poco con las más diversas expresiones culturales. A través de la perspectiva de una niña de 14 años, Loioco construirá un gran hotel en un pueblo aislado del norte argentino y exigirá a sus personajes responder frente a ello. Con el hotel también llega un hombre que capta la atención de la protagonista, situación que irrumpe y que también la obliga a romper con la monotonía. La niña de los tacones amarillos fue ganadora del concurso de ópera prima del INCAA, que le permitió finalizar el rodaje y realizar sus primeras exhibiciones.