El escritor Tito Lesende, siempre dedicado a la música, publicó recientemente el singular libro Los 100 mejores discos de rock en directo.
La premisa está bien clara desde el título: revalorizar este formato que se sale del álbum de estudio, instancia en la que (casi) todo está planeado, en que el artista o banda están en soledad y encierro. En cambio, el disco en vivo tiene la experiencia con el público, los errores y eventualidades del momento en directo.
“Los álbumes en concierto nos han facilitado el acceso al repertorio fundamental de un artista. Han servido también como transición, cerrando capítulos creativos o desatascando carreras. Pero, principalmente, han aportado otra dimensión: el reflejo del músico en su público. Tito Lesende selecciona los 100 mejores”, anuncian desde la página de Efe Eme, responsables de la edición del libro.
El libro se compone de 66 discos necesarios y de 34 referencias adicionales elegidas por Lesende. Johnny Cash, The Beatles, Led Zeppelin, Iron Maiden, Morrissey, The White Stripes, Deep Purple, Nirvana, Kiss, entre muchos otros, integran esta obra para fanáticos del rock. Lo que sí, este volumen solo incluye discos de bandas británicas y estadounidenses. Los discos no aparecen rankeados, sino ordenados cronológicamente.
Uno de los discos más importantes que tiene su lugar en el libro es el MTV Unplugged in New York de Nirvana. Ese álbum fue editado después de la reciente y trágica muerte de Kurt Cobain. Si bien la voluntad del cantante era no publicar este concierto íntimo, por no haber estado conforme, sus compañeros y discográfica decidieron lanzarlo el mismo año de su muerte (noviembre de 1994), convirtiéndose en éxito rotundo.
Otro de los casos más interesantes es el disco Alive!, de Kiss, publicado en 1975. Este concierto en vivo estuvo bastante accidentado y no sonaba bien, con lo cual recibió muchos retoques en el estudio, siendo un poco engañosa la definición “en vivo”. Así y todo, Alive! es uno de los discos fundamentales de la carrera de Kiss, que incluso provocó una gran suba para la banda, no solo económica sino en popularidad.
Lo que rodea a Live at Leeds de The Who es otra de las curiosidades mencionadas en el libro. El álbum se grabó en 1970 con mucha preparación previa, con sobriedad de los integrantes y gran cuidado en aspectos técnicos. Pero no todo salió como se esperaba, ya que el bajo de John Entwistle estaba completamente ausente en la grabación. Así y todo, todo fue insalvable: la banda decidió reescuchar su concierto del día anterior, que no tenía tanta preparación previa, pero terminó funcionando como el definitivo disco Live at Leeds. El álbum dura 36 minutos (seis temas, de los cuales tres son covers): los únicos que eran salvables dentro de la grabación.