Metallica tiene una trayectoria tan extensa que en sus canciones se narran toda clase de historias. Muchas de ellas están basadas en experiencias vitales de sus integrantes y otras tantas están inspiradas en la obra de otros artistas. Tal es el caso de Ride The Lightning, segundo álbum de los californianos publicado en 1984. Dicha composición toma como punto de partida un relato de Stephen King, maestro de la literatura de terror y suspenso.
Por entonces, Dave Mustaine había salido de la agrupación y acababa de sumarse en la guitarra un joven de 20 años llamado Kirk Hammett. Según reporta la revista Far Out, años más tarde ese nuevo integrante de la banda escribiría en un blog sobre cómo The Stand, una novela post-apocalíptica de King, fue el punto de partida para crear no solo una nueva canción, sino todo un disco.
Sobre el proceso creativo de ese material, el nacido en San Francisco señaló:
“Algo muy fuerte sobre mi conexión personal con Stephen King ocurrió cuando estaba leyendo un capítulo de The Stand. El capítulo tenía un tipo en prisión que estaba esperando para ‘Cabalgar el Trueno’ (Ride The Lightning), y yo solo pensé ‘¡Dios mío, qué colección tan genial de adjetivos y sustantivos!’. Se lo conté a James, y él pensó lo mismo, ¡y el resto es historia!”.
Más adelante, el artista bromeó un poco al respecto al agregar: “Tomá una copia de The Stand si sos lo suficientemente obsesivo y encontrá el capítulo sobre un tipo en el corredor de la muerte donde King escribe esas palabras”. Finalmente, el músico se refirió al estrecho vínculo entre Stephen y su banda:
“A lo largo de los años, he sido consciente de que Stephen King es fanático de Metallica, era un miembro del club de fans que conozco. A finales de los ochenta, hablamos sobre algo relativo a su banda The Rock Bottom Remainders y, como muestra de agradecimiento, terminé regalándole una obra de arte, una pintura de portada de Famous Monsters. Eso es todo lo que sé de él, aunque me gustaría que nos conociéramos mejor porque creo que somos dos guisantes de una misma vaina, excepto que él escribe palabras y yo escribo música”.