La incorporación de David Gilmour a Pink Floyd marcó un antes y un después en la agrupación ícono del rock psicodélico. Catalogado como uno de los mejores guitarristas de su generación, el nacido en Cambridge combinó emoción con una gran dosis de habilidad natural y una inclinación por los efectos. El resultado de este cóctel fue un sonido que destacó a Pink Floyd sobre las demás bandas del momento.
En una entrevista con Uncut, Gilmour explicó su hábito de emular a sus héroes de las seis cuerdas y dijo: “Tratar de ser demasiado original cuando eres demasiado joven posiblemente no sea lo mejor. Pero aprendí copiando a Pete Seeger, Lead Belly, Jeff Beck, Eric Clapton, Jimi Hendrix. Todo tipo de gente”. Además, citó a The Beatles como una de las influencias más significativas en su desarrollo como músico: “Me enseñaron a tocar la guitarra, aprendí de todo. Las partes del bajo, los solos, el ritmo. Fueron fantásticos”.
A pesar de estar relacionado con la guitarra, Gilmour podía moverse en otros terrenos en lo que respecta a instrumentos, algo que se puede oír en “The Narrow Way“, track escrito, compuesto e interpretado íntegramente por él. Con una duración de 12:17 minutos, fue incluido dentro de Ummagumma (1969), el cuarto disco de Pink Floyd. Durante su creación, Gilmour utilizó múltiples sobregrabaciones para tocar tanto la guitarra como el bajo, el piano, el órgano, el mellotron, la percusión y la batería, además de aportar su voz.