Hoy estrena en las salas de Buenos Aires, y en algunas del interior, la segunda película del realizador Gianfranco Quattrini: Planta Madre. Llega a las salas comerciales luego de su paso por el último BAFICI y por otras proyecciones internacionales y es por eso que hablamos con el mismo Quattrini sobre esta obra. Planta Madre es una película de viajes y aventuras, con el Amazonas peruano como escenario y la música y el choque de culturas como eje principales.
Quattrini nació en Lima, pasó su infancia en Estados Unidos y es en Argentina donde se convirtió en cineasta. Además de su anterior largometraje, Chicha tu madre (2006), dirigió cortos, documentales y publicidades. Esto es lo que nos contaba sobre la película que estrena hoy:
¿Cómo fue el recibimiento en el pasado BAFICI y en otras proyecciones?
En el BAFICI estuvo a sala llena las tres funciones, tuvimos una recepción muy linda y después de la proyección se presentó en vivo la banda de los Hermanos Santoro, que fue un pequeño lujito. Planta Madre ya se vio en Brasil, España, Italia, y próximamente será el estreno en Perú. La gente se engancha mucho con el viaje de la peli, con la música y particularmente con la Ayahuasca, que despierta mucha curiosidad.
La música es un elemento crucial en la película. ¿Cómo fue el proceso de trabajo con Pipo Lernoud y con la banda sonora en general?
Pipo se sumó al proyecto como un colaborador creativo en el guión y nos asesoró durante el rodaje, supervisando que nuestro retrato de la época fuera auténtico, aprobando desde el vestuario y la ambientación, hasta temas menos tangibles como el “despertar de conciencia” propio de la época. La música de los Hermanos Santoro fue compuesta por Ariel Minimal, quien plasmó la evolución musical de la banda, desde su etapa más beat a fines de los sesenta, a otra más psicodélica ya en los setentas. Pipo hizo la letra del tema “Bajo este sol” basándose en las anotaciones de sus propios cuadernos de la época. Así que dos grandes del rock se unieron para darle forma a la obra de los Hermanos Santoro…
La película propone un encuentro de músicas. Por un lado el rock y por el otro la cumbia amazónica, la música que vibra en Iquitos. Esta cumbia psicodélica nace al mismo tiempo que el rock en Argentina. A fines de los sesenta los músicos de la selva empiezan a incorporar la guitarra eléctrica en sus composiciones, creando su sonido tan singular. Las bandas pioneras fueron “Los Wemblers” (una banda de 5 hermanos aún vigentes, que participan de la peli), “Los Mirlos” y “Juaneco y su combo”. Ahora la cumbia se ha vuelto más bailable, y en Iquitos hay grandes orquestas que tocan toda la noche para 3000 personas… un festival en continuado. A ese mundo quería introducir nuestro rockero a la deriva. Un choque de culturas latinoamericanas.
Y todo esto como un preámbulo al encuentro final con la música chamánica, que es la tercera pata musical de la peli. Y es el objetivo del viaje: que un músico se cure através de una ceremonia musical. Agustín Rivas Vásquez es un curandero real, y participa de la pelicula entonando sus propios cantos (ícaros).
Planta Madre fue parcialmente rodada en Iquitos, como Fitzcarraldo de Herzog. ¿Te gusta su cine, hay algo de homenaje en Planta Madre?
El cine de Herzog tiene mucho de físico y sensorial, hasta ha hipnotizado a sus actores… Planta Madre tiene un aspecto sensorial muy fuerte, en particular en el plano sonoro, y más durante la ceremonia de Ayahuasca.
Soy muy fan de Herzog, es un referente ineludible para quien quiera filmar en Iquitos. El viaje de Fitzcarraldo también está relacionado con la música, y con un choque cultural. Así que hay varios puntos de contacto. Como homenaje explícito incluímos sutilmente un poster de Fitzcarraldo en una escena, tan sutilmente que nadie lo ve… pero allí está.
También tenía presente otra gran película de viaje por el río que es Apocalypse Now de Coppola. El Curandero Solón era nuestro Kurtz al final del río… Por eso para mí era tan importante que fuera un curandero real, que su aparición no fuera una decepción. Y afortunadamente, Agustín Rivas la rompe. La ceremonia en la peli tiene un registro muy antropológico.
La pluralidad de culturas, como así también lo místico, es algo inherente en tu cine. ¿Es algo que te planteás desde un comienzo?
Considero que es algo que se da naturalmente. La pluralidad de culturas tiene que ver con mi historia. Y con respecto a lo místico, me interesa pensar en cómo fuerzas superiores juegan en nuestra existencia. A la vez creo que lo espiritual se presenta al costado de lo más terrenal, y en ese sentido no me interesa la solemnidad. Creo que Planta Madre puede despertar el interés en la Ayahuasca, y me parece muy valioso que eso ocurra. En la era de las pastillas sintéticas y las soluciones parche, quería mostrar que hay otro camino de curación, conectado con la tierra.
¿Cuáles son tus próximos proyectos como realizador? ¿Alguna vez pensaste en realizar algún otro tipo de formato, como una serie?
Estoy preparando dos proyectos de cine nuevos, uno para filmar en Perú y otro para filmar en Argentina. Muy distintos entre sí, y también muy distintos a las pelis previas, al menos por ahora… Y tengo un proyecto de tele que hemos armado con Luis Puenzo. Las series son un formato que tengo ganas de explorar. Me enganché mucho con series como Mad Men y Breaking Bad y ahora The Knick. Además de que están re bien filmadas, hay un laburo de guión zarpado, creo que el gran desafío para las series es desarrollar un tema a través de grandes personajes.
Para terminar, ¿cómo definirías Planta Madre?
Planta Madre es una película sobre dos hermanos unidos para siempre por la música, que buscan su destino y sanación en el corazón de Latinoamérica.
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