La implementación de las cajas de ritmos revolucionó la música para siempre, al punto de que hoy es algo sumamente habitual escuchar canciones que hayan sido grabadas con una. Desarrollada por primera vez por el músico, científico e inventor soviético Léon Theremin, en la década de 1930, esta pieza de maquinaria ayudó a artistas de géneros como el jazz, el hip-hop, el funk, el disco y demás a llevar su arte a un nuevo nivel. Sin embargo, al igual que todo, esto tuvo un comienzo.
Según recuerda Far Out Magazine, la década de los 60 fue clave para que la caja de ritmos y la música crucen sus caminos. Así fue como, por ejemplo, “en 1960, Raymond Scott, inventor del Rhythm Synthesiser, usó sus inventos para grabar un álbum protoambiental llamado Soothing Sounds for Baby, lanzado en 1964”. Durante aquellos años, la utilización de este elemento se volvió cada vez más popular, pero recién en 1969 una canción con una caja de ritmos llegó al mainstream y a oídos de todos.
Un track del inglés Robin Gibb
La primera canción con caja de ritmos fue “Saved By the Bell”, el track del inglés Robin Gibb que integró su disco solista, Robin’s Reign. A finales de los 60, los hermanos Gibbs decidieron ponerle fin (al menos por un tiempo) a los Bee Gees y Robin, quien dejó el grupo por un desacuerdo con Barry por sobre quién debía ser la voz principal, se metió al estudio para grabar sus propias pistas. De allí surgió el tema que, sin saberlo, más tarde le abriría las puertas a una avalancha de música pop mejorada rítmicamente en la década de 1970.
Años más tarde, y según reporta el medio, “en 1971, por ejemplo, Sly and The Family Stone se convirtió en el primer grupo en tener un número uno con un single que usaba una caja de ritmos. Su canción ‘Family Affair’ incorporó una Maestro Rhythm King, que se usó ampliamente en el álbum de 1971 del grupo There’s a Riot Goin’”.