El fanatismo por Queen revivió hace unos meses con la biopic de la banda, Bohemian Rhapsody. Así es que se han reavivado en el público las discusiones en torno al devenir de esa icónica banda. Sin dudas, lo que genera más controversia es el estilo de vida de su vocalista, Freddie Mercury. Todos parecen coincidir en que su partida fue demasiado temprana y que, de haber cuidado mejor su salud, hubiese entregado mucha más música con su agrupación o en solitario.
Y es que el cantante en cuestión falleció a sus 45 años en 1991 a causa del sida. Según fue revelado frente a la prensa, Mercury perdió un pie a causa de esa afección antes de morir. Podemos entonces concluir que su batalla en contra de la enfermedad fue larga y dolorosa. Hace algún tiempo, su ex compañero de banda Brian May habló al respecto:
“Una vez, nos mostró su pie en una cena y me dijo: Oh, Brian, lamento haberte importunado mostrándote esto’. Y yo le dije: ‘No me molesta, Freddie, excepto el darme cuenta que tenes que soportar ese horrible dolor'”.
Tal y como reportó el Times de Reino Unido, May pensaba que el tratamiento de su amigo empezó demasiado tarde. Es decir, pese a la fama y el dinero que tenía Freddie, no tuvo información certera sobre la nueva medicación disponible en su época para tratar el VIH. Aquello ocasionó que desarrollara el sida de una manera tan rápida y fatal.
Lo más probable es que May tenga razón en ello y que en el caso de haber contraído el virus años más tarde, y haber tenido acceso al tratamiento al poco tiempo de contagiarse, quizá Mercury todavía estaría entre nosotros. No obstante, durante los 80 y comienzos de los 90 eran aún mayores los tabúes en torno a la citada patología.