De acuerdo con los datos estadísticos oficiales de la consultora Nielsen, el rock and roll ha muerto, o por lo menos está siendo dejado a un lado por otros géneros en estos tiempos.
La evidencia entonces no solo está en que los tres artistas que encabezan el cartel de Coachella de 2018 sean de la rama del hip hop (Beyoncé, The Weeknd y Eminem), sino que las cifras de Nielsen indican que de los 10 artistas más vendidos en 2017 (lo cual incluye venta de discos, singles, y contenido musical on-demand o en streaming), ninguno es una banda o solista de rock.
A saber, los dos primeros lugares se los llevan Drake y Kendrick Lamar, el top ten también incluye a Eminem, Future, The Weeknd y Lil Uzi Vert, todos de la rama del rap y sus derivados. Mientras que los únicos ajenos a esa corriente que alcanzaron un lugar en ese top fueron Taylor Swift y Ed Sheeran.
De hecho, a los artistas de rock a quienes mejor les fue en ventas el año pasado fueron Metallica y los Beatles, ambos grupos formados en otras décadas que se mantienen vigentes gracias su legado. Además, entre los 5 álbumes de rock más vendidos estuvo el soundtrack de Guardianes de la Galaxia 2, así como Imagine Dragons y Twenty One Pilots, es decir, nada de Arcade Fire, Foo Fighters o Queens Of The Stone Age a la vista en el ranking.
El hip hop gana por knock out al notablemente desplazado rock and roll que en otras épocas fue la vanguardia y lo más escuchado por las juventudes con ansias de rebeldía.