Saturno y la Melancolía se formó en plena pandemia y se dieron a conocer a través de un puñado de singles que estaban influenciados por la situación de confinamiento que atravesó al mundo durante el COVID- 19. En ese contexto surgieron canciones como “Encerrado”, “La intuición”, “Out” u “Otra vuelta más al sol”. De hecho, en aquel ahora lejano 2020 se presentaban a sí mismos como “la banda de sonido del desastre”.
Entre el brit pop y el shoegaze, con letras ancladas en el presente tan difícil de explicar de esos días pandémicos, aquellas canciones urgentes y elegantes fueron la carta de presentación de la banda. Con la lenta salida de la pandemia el grupo comenzó a tocar en vivo y quedó definitivamente conformado por Paul Lewin en voz y guitarra, Sacha Pujó en guitarra y coros, Carolina Gentile en bajo, e Ian Rivello en batería. En este contexto, la banda finalmente nos entrega su álbum debut propiamente dicho, al que bautizaron Cómo escapar de nuestra sombra y cuya foto de tapa fue tomada por el gran Marcelo Zappoli, reconocido por retratar a grandes figuras del rock nacional como Federico Moura, Gustavo Cerati o Luca Prodan.
“El título hace referencia a todo lo que nos determina en nuestra historia y biografía, y que es muy difícil escaparle, aparece siempre presente como negación, trauma o nostalgia -cuenta Lewin en conversación con Indie Hoy-. La sombra tiene un sentido metafórico y también alude a lo que no podemos nombrar, pero que influye en nosotros y nos acompaña siempre”. Y si bien la banda cree que no se trata de un álbum conceptual, las letras se vuelven una especie de manual de instrucciones “para facilitar lo imposible, ya que nunca vas a poder escapar de tu propia sombra”.
En lo musical, el disco sorprende con una catarata de referencias a lo mejor de la música británica de los 80 y 90, logrando a la vez un sonido actual y muy anclado en el presente. Algo que quizás sorprenda a quienes conocían los pegadizos singles del grupo es que ya desde el comienzo con “Alunizar” la banda muestra que habrá cambios en las coordenadas sonoras de Saturno y la Melancolía: se trata de una canción de casi 6 minutos, repleta de climas etéreos y un downtempo hipnótico más emparentado con el chill que con el rock garajero que proponían en “Encerrado”. En la escala de Primal Scream, podríamos pensar que están más cerca de “Higher Than the Sun” que de “Rocks”.
Este giro hacia una música de mayor desarrollo sonoro y climas extensos con cierta predilección por las baladas interestelares aparece en repetidas ocaciones en el disco. Allí están “Gritando en silencio” o “Escapar (y no me alejo)” que cierra el álbum. Con una cuidadosa producción y mezcla a cargo de Julián Gómez y masterización por Javier Belziti, la banda se inclina hacia un pop elegante, refinado y de una melancolía radiante con guitarras con dejos de psicodelia delicada.
Por último, en el centro del disco se destaca una seguidilla de dos canciones que eleva de categoría el disco: “No me quedo quieto”, con sus reminiscencias al post punk más luminoso y un trabajo de guitarras que los acerca al sonido actual de bandas europeas como Motorama; seguida de la notable “Mi sombra no es quien dice ser”, que retoma la psicodelia hipnótica de “Alunizar” y con una intro de guitarra adictiva.
Mirá el video de “No me quedo quieto” a continuación y escuchá Cómo escapar de nuestra sombra en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).