Stephen Graham, una de las estrellas de la miniserie Adolescencia, recordó una anécdota inolvidable de una noche de fiesta con Arctic Monkeys después de haber participado en uno de sus primeros videoclips. El actor tuvo un papel en el video musical de “When The Sun Goes Down”, el segundo single de difusión del disco debut de la banda de Sheffield, Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not (2006). Allí, Graham interpretaba a un “hombre despreciable” junto a la actriz Lauren Socha (Misfits), en una historia que reflejaba la crudeza de la vida nocturna en Inglaterra.
En una entrevista con Mirror, Graham compartió detalles sobre la noche que vivió junto a los Arctic Monkeys tras finalizar la filmación del video. “Cuando terminamos, me invitaron a tomar algo. En esa época yo bebía, así que dije: ‘Sí, claro, adelante’”, recordó el actor. La celebración los llevó a The Leadmill, un reconocido local que ayudó a catapultar la carrera de los Monkeys y que, en la actualidad, enfrenta un incierto futuro tras perder una batalla legal por desalojo.
La noche, sin embargo, tomó un giro inesperado cuando un estudiante comenzó a causar problemas en el bar. “Nos estábamos divirtiendo y de repente todo se puso un poco raro. De la nada, un estudiante enorme y altísimo se acercó y empezó a molestarlos sin motivo alguno. Empujó a Alex [Turner] y luego intentó darle una bofetada a [Matt] Helders. Y este pequeño Scouser [refiriéndose a él mismo] dijo: ‘Eso no se hace’, así que lancé un puñetazo, le pegué al tipo y cayó para atrás… y bueno, todo se descontroló un poco. Al final, lo echaron del lugar”.
Una nueva fiesta… y un escape de urgencia
Lejos de dar por terminada la noche, el grupo decidió seguir la celebración en una fiesta que tuvo lugar en la casa de una chica con la que Alex había estado coqueteando. “Esta chica encantadora estaba siendo muy amigable con Alex. Volvimos al lugar donde vivían, y Alex subió las escaleras con ella”, relató Graham.
Sin embargo, minutos después, Turner bajó corriendo con urgencia. “Tenemos que irnos”, les dijo. Cuando Graham y Helders preguntaron qué ocurría, el vocalista solo insistió en que debían salir de inmediato. Intrigados, los dos decidieron subir a la habitación y descubrieron que las paredes estaban cubiertas de pósters de Arctic Monkeys, una escena que terminó sellando el peculiar final de aquella noche.
