The Beatles y la música clásica están más vinculados de lo que parece. Desde los inicios hasta el final de la carrera de los cuatro de Liverpool se cristaliza la influencia de esta música que fue, a su vez, parte de la formación de la mayoría de ellos.
Si bien la banda pasó por la experimentación e incluso la creación de un amplio abanico de géneros musicales, el rock and roll y la música clásica fueron medulares para sus composiciones. En varios de sus álbumes circulan canciones con influencias de esta última, y casi podría decirse que atravesó toda su discografía: grandes clásicos como “Blackbird”, “In My Life” o “Penny Lane” contienen estructuras, sonidos y momentos provenientes de lo clásico.
Cuando hablamos de un recorrido pionero de The Beatles, vale recordar que unos años más tarde en los 70 nacería el rock progresivo que, justamente, indagará en la vinculación entre el rock y la música clásica. A continuación, recopilamos tres ejemplos de cómo diferentes compositores clásicos sirvieron de influencia e inspiración directa para grandes canciones de los Fab Four.
“Because”
Esta es tal vez una de las canciones con la influencia más clara. Fue la famosísima “Claro de Luna” o “Moonlight Sonata” de Beethoven la que llevó a Lennon a componer esta peculiar canción incluida en Abbey Road. Según sus propias palabras, la inspiración apareció de la siguiente manera: “Yoko estaba tocando ‘Moonlight Sonata’ en el piano. Ella tenía entrenamiento en clásico. Y le dije: ‘¿Podrías tocar esos acordes al revés?’ Y escribí ‘Because’ sobre ellos”. Pero como todo en The Beatles era innovación, una de las mayores fuerzas de esta canción reside en el trabajo de voces: Paul, George y John cantan una armonía en tres partes. Así, Lennon logró con “Because” el rescate de lo clásico para lograr lo moderno, convirtiéndose en una de las canciones más aclamadas del álbum publicado en 1969.
“Eleanor Rigby”
Para esta canción, Paul McCartney se habría basado en las “Las cuatro estaciones” de Vivaldi, otro gran gigante de la música clásica. Con el objetivo de lograr el efecto que le produjo la obra de Vivaldi, la orquestación estuvo a cargo de George Martin: McCartney le encargó al productor que armara algo similar al movimiento clásico del compositor italiano. La canción apareció en el álbum de 1966, Revolver, que significó un momento bisagra en la carrera de The Beatles a nivel estético y compositivo. “Eleanor Rigby” fue una cristalización del experimentalismo y el planteo más profundo que la banda buscaba con sus canciones al alejarse de un pop naif.
“A Day In The Life”
Esta canción es también una pieza tan singular como maravillosa dentro del repertorio de The Beatles. Funciona como cierre de la obra maestra Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y está compuesta de múltiples partes, incluso algunas cantadas por Lennon y otras por McCartney. Estos marcados “segmentos” aparecen como momentos típicos de una obra clásica, marcando las instancias de la canción. Para ese momento, McCartney estaba muy influenciado por uno de los compositores más notables de Siglo XX, Witold Lutoslawski. La orquestación, encomendada al productor George Martin, tuvo mucho de improvisación y de climas alterados.