El 5 de octubre de 1962 debutaron dos grandes fenómenos de la cultura pop: The Beatles y James Bond. Ese mismo día salió “Love Me Do”, el primer single de la banda de Liverpool, y también estrenó Dr. No, la primera película en la que aparece el Agente 007. Mientras que el personaje de acción defendía la ley y el orden, los Fab Four representaban toda la energía y la rebeldía de las nuevas generaciones.
Dos años después, el papel interpretado por Sean Connery ya tenía una amplia audiencia de fans que celebraban su astucia y sofisticación, mientras que los rockeros en cuestión se consolidaban como la agrupación más importante del mundo. La tensión entre la franquicia cinematográfica y el famoso cuarteto creció en 1964 cuando se estrenó Goldfinger: un fragmento del guion le dio de comer a la prensa del rubro de entretenimiento.
Se trata de una escena de coqueteo en la que 007 está con una mujer en su habitación y se da cuenta de que el champán se ha calentado. Al respecto de esa situación que a su parecer resulta inaceptable, el agente le dice a su compañera:
“Mi querida niña, hay algunas cosas que simplemente no se hacen; como beber Dom Perignon ’53 por encima de la temperatura de 38 grados Fahrenheit. Aquello es tan malo como escuchar a los Beatles sin tapones de oídos”.
De todos modos, no se tiene registro de que alguno de los miembros de The Beatles se haya quejado del comentario del refinado Bond. Muchos críticos de la época aseguraron que los guionistas del largometraje incluyeron tal línea de parlamento tan solo para causar revuelo.
Mirá la escena en cuestión a continuación: