En 2022, un estudio científico reveló que la música podría desempeñar un papel crucial en superar divisiones sociales y culturales. La investigación, publicada en la revista Journal of Personality and Social Psychology, analizó a más de 350 mil participantes de más de 50 países y halló que los vínculos entre personalidad y gustos musicales son universales, y que la música que escuchamos puede definir nuestra personalidad.
Los resultados muestran que una misma canción puede despertar afinidades emocionales en personas muy diferentes, sin importar dónde vivan. Por ejemplo, "Shivers" de Ed Sheeran resulta tan atractiva para una persona extrovertida en el Reino Unido como para otra en Argentina o India. Del mismo modo, individuos con rasgos neuróticos en Estados Unidos comparten con daneses o sudafricanos el gusto por canciones como "Smells Like Teen Spirit" de Nirvana.
El estudio estuvo liderado por el doctor David M. Greenberg, investigador asociado del Autism Research Centre de la Universidad de Cambridge y académico en la Universidad Bar-Ilan. Greenberg sostiene que "la música ayuda a las personas a entenderse entre sí y encontrar un terreno común. Si un introvertido en una parte del mundo escucha lo mismo que otro en otro continente, eso sugiere que la música puede ser un poderoso puente”, expresó.
Personalidad y estilos musicales
Los investigadores confirmaron que estos rasgos de personalidad/estilo musical se repiten globalmente:
- La extroversión, asociada a personas sueltas y sociables, se vincula a la preferencia por música contemporánea, rítmica y bailable, como puede ser el pop o el reggaetón.
- La conciencia se vincula a estilos simples y "sin pretensiones", como el country o el folk, y muestra rechazo a géneros intensos.
- La amabilidad se refleja en gustos por melodías suaves y tranquilas, como "What’s Going On" de Marvin Gaye o "Shallow" de Lady Gaga y Bradley Cooper.
- La apertura aparece ligada tanto a música sofisticada (jazz, clásica) como a estilos intensos o contemporáneos, desde David Bowie hasta Nina Simone.
Un hallazgo inesperado fue el de los perfiles neuróticos, ya que muchos mostraron afinidad por géneros intensos y agresivos, lo que podría reflejar frustración interna o la búsqueda de catarsis. "Algunos usan la música para desahogarse, otros para cambiar de ánimo”, explicó Greenberg.
El análisis detectó, además, que la correlación entre extroversión y música contemporánea es especialmente fuerte en regiones cercanas al ecuador, con énfasis en América Central y del Sur. Según los investigadores, factores climáticos podrían influir en que las poblaciones de zonas cálidas se inclinen hacia estilos rítmicos y festivos.
Cómo se hizo el estudio
Los participantes completaron tests de personalidad (TIPI) y evaluaron su gusto por 23 géneros musicales. En un segundo método, escucharon fragmentos de 16 estilos occidentales a través de la web musicaluniverse.io, dando sus reacciones en tiempo real.
Los investigadores clasificaron las preferencias con el modelo MUSIC, que identifica cinco categorías principales:
- Mellow (suaves, románticas, tranquilas).
- Unpretentious (simples, relajadas, sin estridencias).
- Sophisticated (complejas, inspiradoras, dinámicas).
- Intense (fuertes, distorsionadas, agresivas).
- Contemporary (rítmicas, electrónicas, actuales).
El equipo de Greenberg insiste en que no se trata de encasillar a las personas, ya que los gustos musicales cambian con el tiempo y cada individuo combina distintos rasgos y afinidades. Sin embargo, este punto de partida ofrece una base sólida para comprender cómo la música puede servir de lenguaje común en un mundo dividido por fronteras políticas, culturales y lingüísticas.
"Por miles de años los seres humanos usaron los sonidos para reconocer valores compartidos o diferencias. Hoy, la música sigue siendo una señal de identidad, pero también una oportunidad para unirnos”, concluye Greenberg.