Después de su paso por el festival Buena Vibra, Alex Anwandter regresa a Niceto Club. El artista chileno se presentará el próximo jueves 17 de septiembre y las entradas ya se encuentran disponibles a través de Passline. Hay 40% de descuento para los miembros de la Comunidad Indie Hoy.
Convertido en un referente absoluto, el músico chileno, actualmente radicado en Nueva York, promete dar un show íntimo y vibrante donde repasará toda su discografía, desde sus primeros trabajos hasta sus más recientes lanzamientos. No faltarán clásicos como “Tormenta”, "Siempre es viernes en mi corazón", "Cómo puedes vivir contigo mismo", "Cabros" y "Locura".

Un show que pondrá el foco en sus últimos discos
Según adelantó el músico en un comunicado de prensa, el show también pondrá el foco en sus últimos dos discos de estudio, El diablo en el cuerpo (2023) y Dime precioso (2024). Ambos materiales reflejan la evolución artística de Anwandter, que combina pop, música bailable, arreglos orquestales e influencias que van desde Burt Bacharach y Gil Evans hasta la música house de los 90 y la MPB brasileña.
El diablo en el cuerpo, con 16 canciones y colaboraciones de lujo junto a Buscabulla, Julieta Venegas, Javiera Mena y Christina Rosenvinge, fue elegido por Indie Hoy como uno de los 50 mejores discos del 2023 gracias a su propuesta audaz, sensual y bailable. En tanto, Dime precioso entró en la selección de los 50 mejores discos del 2024, confirmando el sello inconfundible de Anwandter: una sensibilidad única y magnética al servicio de un pop sofisticado y emocional.
Un artista en constante evolución
En nuestra última entrevista con Anwandter publicada en 2023, el artista reflexionó acerca de su aclamado disco El diablo en el cuerpo y reveló sus intenciones con esta obra: "Para mí hacer un disco tiene un propósito de crecer o de no repetirme a mí mismo. Supongo que este disco resumió ciertos intereses que he tenido hace mucho tiempo, estilísticamente hablando, que son la música electrónica, la música bailable y la música orquestal. Por momentos es un poco maximalista, pero también siento que tenía mucho que ver con una energía colectiva, en las letras y las temáticas. Así que lo dejé así”.
"No quise hacer letras tan discursivas, sino justamente centrar las letras en un contexto, y que el contexto se transforme en discurso. Ese contexto es la pista de baile, que es un lugar muy poco productivo, en ese sentido un poco anticapitalista. Poner el foco en esa transacción no productiva, colectiva, para mí es súper importante. Es una especie de rebeldía”.