En el marco del lanzamiento del lineup del Personal Fest 2018, el dúo belga de los hermanos Dewaele —que también conforman la banda Soulwax— pinchó hitazos en la disco porteña de Crobar. Más temprano, en el mismo local y para un grupo reducido de periodistas, Louta deleitó con su usual acto performático.
El día perfiló agitado para David y Stephen, dos hermanos que han contribuido a la formación de la música experimental de los últimos 20 años. Llegaron a Buenos Aires, durmieron una pequeña siesta y salieron a comprar algunos vinilos originales, como hacen siempre en cada lugar que visitan. Pasadas las seis de la tarde, nos recibieron en el hotel donde se hospedaban para difundir lo nuevo de su proyecto principal, Soulwax, a estrenarse el 22 de junio, y de ahí fueron para Crobar donde dieron pista antes de las veintidós.
La última vez que se presentaron en nuestro país fue en el 2014, también bajo la modalidad 2manydjs, cerrando la primera jornada del Music Wins. En aquella oportunidad, los belgas se ganaron al público desde el minuto cero, por salir a escena pasando un mix del icónico Charly García. Volviendo del show en camioneta, pasaron en frente del Planetario y le pidieron al chofer que se detuviera. Se bajaron, lo admiraron y pensaron lo genial que sería tocar dentro, o presentar “Despacio”, la instalación sonora que diseñaron junto a James Murphy, líder de LCD Soundsystem. Otra de sus excentricidades es que han construido en su natal Gantes un edificio-estudio, donde guardan su colección de discos (unos 60 mil y contando), así como también fanzines, películas y todo lo que los estimula a crear. El edificio se llama Deewee.
2manydjs no tiene álbumes ni planea editarlos. Es un proyecto performático cuya espontaneidad no podría relacionarse con el hecho de tener un disco, como le dijeron a Yumber Vera Rojas en entrevista telefónica unos días antes. A modo de adelanto de lo que fue nuestra conversación, este periodista volvió a encarar el tema de las drogas, su vinculación con la escena musical y las erráticas políticas gubernamentales (como hablamos también en otras entrevistas con Pyura y Jvlian). Sin pelos en la lengua, pero manteniendo la serenidad que los caracteriza, comentaron que definitivamente les parece más entretenido tocar frente a una multitud bajo los efectos del éxtasis y rememoraron una anécdota del videoclip de “E-talking”, en el cual hay una clara alusión al consumo de sustancias. En esta canción y su video, los músicos buscaban reproducir secuencias que habían tenido junto a gente bajo distintas influencias. El clip se hizo tan controversial que fue restringido a horario para adultos en los principales canales, y según cuentan los DJs, el gobierno holandés lo usó como publicidad de prevención al consumo. Se ríen y rematan que “siempre hay un grupo de idiotas que no sabe lo que hace”, lo que puede terminar en tragedias.
Esa noche la disco Crobar distaba mucho de estar colmada; quizás por el precio de los tickets, quizás por haber sido miércoles, probablemente una mezcla de ambas. Muchas personalidades del periodismo y la música ocupaban el espacio VIP y la pista quedaba holgada, una situación poco usual pero bastante cómoda para quienes se disponían a bailar. En la fila mantuve una charla con César, porteño radicado en España, que cuenta que los ha visto varias veces en Ibiza y declara que From Deewee (2017) —el álbum de música experimental en el que Soulwax incorpora tres bateristas—, fue el disco del año. Otras personas comentaban haber quedado fascinadas con el set en el Music Wins, mientras que una muchacha confesaba no haberlos visto desde su presentación en la Fiesta Marlboro, allá por el 2006. Los belgas tienen un lugar en el corazón de su selecto público, no diggity.
El dúo afirma que jamás prepara un DJ set, que por supuesto, por el tiempo que llevan haciéndolo, ya tienen en mente la función que cumplen determinadas canciones, pero que las van eligiendo acorde al ambiente de cada fiesta, y que están limitados a los temas que portan en su USB (unos mil para esta ocasión). La noche fue musicalizada con mucha coherencia, empezando de forma tranquila, sin hacer una gran entrada triunfal y casi camuflando el primero de sus tracks como uno más de los que sonaban de fondo en la disco, para ir levantando poco a poco los beats por minuto y culminar con una hora entera de fiesta bailable. El testimonio del acérrimo seguidor César lo resume bien: “La primera media hora fueron dos DJs de casamiento, y después no sé qué pasó, pero nos olvidamos de todo hasta el final. Un éxito”. Sonó Tame Impala, sonó AC/DC (Stephen es fan declarado desde que tiene 10 años), hubo techno y mucho más, pero siempre a tono con el momento.
Juan Cruz Marino, productor musical y miembro de Pyura, me otorgó su impresión a la salida: “Hubo muy buen gusto en cada una de las canciones que pusieron, se generó una atmósfera ideal donde toda la gente estaba sintiendo lo mismo. Me pareció muy inspirador, nosotros aspiramos a pasar música como ellos lo hacen, de esa forma tan ecléctica pero efectiva, y ver lo que generan me invita a buscar un poco más, a ver cómo manejan la pista en distintos lugares”.
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Foto principal: Pablo Mekler.