En un año donde el indie local dio un salto indiscutible, con bandas que lanzaron discos que trascenderán como las nuevas caras de la música argentina, Bándalos Chinos supo hacerse su espacio sin la necesidad de sacar material discográfico. A punta de tocadas en vivo y de estrenar temas nuevos en los mismos, los chinos lograron consolidar su audiencia y su sonido, creando ya un fandom particular y único. Todo esto y más se vio reflejado en su cierre de año el jueves 7 de diciembre en el Teatro Vorterix, en una noche repleta de invitados de lujo y sorpresas.
Sobre Federico Lacroze y alrededores se puede ver un segmento demográfico muy particular yendo en la misma dirección: el público de los Bándalos Chinos, originarios de Beccar, San Isidro, se mueve a donde sea para poder verlos en vivo. Todos convergen para un cierre del año muy significativo para la banda, que en el 2017 fue una de las que más alcanzó por lejos, desde conseguir espacios en festivales como el Personal, a apariciones en programas como Nunca Es Tarde, hasta la hazaña de autogestión que fue el Festichino. Los Bándalos supieron qué y como hacer las cosas en el camino correcto, y esta noche sería una celebración tanto de lo logrado, pero mucho mas de lo que está por venir.
El show primero lo abriría, mas puntuales de lo esperado, Guli, cuyo mas reciente álbum, Waiata ya está dando de que hablar. En un set corto que contaría sobre el final con una aparición de Simón Poxyran, y que serviría de calentamiento para el resto de la noche, lograron cautivar a quienes llegaron a verlos con un set electrónico y bailable.
Apenas pasadas las 21:30 se asomaría Goyo con una gran campera blanca y con el resto de los chinos coreados por todo el teatro. Muchos de los primeros temas fueron un repaso por su primer trabajo, como “Correr“. Poco después empezaría el desfile de invitados sorpresas. El primero de la noche fue Facundo Castaño de El Zar, quien se unió a la banda para interpretar “Bailar con las cenizas“, mientras seguía el recorrido melancólico. Los fans, o “la chinada”, como ya podemos declarar consolidados a los seguidores de Bándalos, cantaban y se emocionaban con algunos de los temas más viejos, lo que la banda interpretaba y usaba como motor para cargar de adrenalina y sentimiento cada tema interpretado. Un poco más adentrado el show fueron interpretados temas “nuevos” que vienen sonando en vivo todo el año, usualmente acompañados por el saxofón de Pablo Vidal de El Kuelgue, pero su ausencia fue suplida de manera perfecta para la ocasión por un trío de vientos: trombón, trompeta y saxo y ambos temas lograron un sonido a la altura, climático y encendido que contagió a todo el público que no paraba de corear, y el primero vio al segundo invitado de la noche, el mismísimo Fran Saglietti de Francisca y Los Exploradores, que acompañó y bailó totalmente suelto sobre el escenario, y puso el cartel de “celebración” aun más arriba. Las ansias por escuchar temas nuevos de los Bándalos fueron duplicadas por Goyo, que después de agradecer entre aplausos contó que en 2018 entrarán a grabar un nuevo disco, una experiencia única para ellos donde van a “comerse un flash”.
Después vendría el momento quizás mas emotivo e íntimo de la noche: Gonzalo Aloras subiría al escenario aplaudido por todos para interpretar “Las cosas tienen movimiento” de Fito Páez, pero en la versión de Spinetta realizada en el histórico Las Bandas Eternas, en Vélez. Canción que “los acompañó todo el año en momentos buenos y malos”, y un guiño al Polo Saldías, donde tocaron hace poco con otras bandas, y donde el mismo Spinetta ensayó para su recital.
El aire cambiaría una última vez. El mood se atenuó y Goyo cambió la campera blanca por una igual de larga negra. “Veccar” empezaba a avisar que el concierto entraba en su última fase. El clásico de Bándalos fue recibido como se merece y la gente dio las primeras muestras de un agite. El pogo y la gente cargada en hombros no se hicieron esperar y seguirían temas como “El verano” que continuarían reflejando en la recepción de la gente el increíble año que lograron los chinos. “Isla” y “Dije tu nombre” fueron los momentos mas épicos y de furor en toda la noche, despidiendo un año increíble y dejándonos pensando en lo que viene. Esa noche las canciones de los Chinos eran himnos de años. Por último y no menos importante, el cierre se vio encendido por un escenario lleno, en el que todos los invitados de la noche interpretaron “Suave” de Luis Miguel ante un público sorprendido y sonriente, que aplaudía y despedía a una de las bandas que mas dará de que hablar el próximo año.
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Foto principal: Clari Nogueira.