Los Bestia Bebé venían de recorrer más de 1.600 kilómetros antes de llegar a su esperado show en Ciudad de México. El clima anunciaba lluvia, pero para suerte del público que esperaba en la puerta de Pata Negra, el meteorólogo se confundió. A las 9 de la noche se abrieron puertas y el público pudo disfrutar de tomar unas cervezas antes del show de apertura de la noche que iba a estar a cargo de Carmen Costa. Los mexicanos, con líder argentino pero con muchos años viviendo en México, dieron un show remarcando sus características de fuerza y eclecticismo durante poco menos de una hora.
Para las 10 de la noche, con el aforo de Pata Negra casi completo, subió al escenario Bestia Bebé. La banda liderada por Tom Quintans fue pura potencia y efectividad desde el principio, una ametralladora de hits conformados por los tres discos que sacó la banda hasta el momento. El público hizo pogo desde el primero hasta el último tema. No faltó ninguno de sus hits: “Lo quiero mucho a ese muchacho”, “Omar”, “Tigre de metal”, “Fiesta en el barrio” y el cover de “El amor ya va a llegar” en homenaje de Daniel Johnston, fallecido esa misma semana.
El show duró poco más de 1 hora y media y al terminar la banda hizo la promesa de volver pronto. Al día siguiente irían a Monterrey en auto, un viaje de 10 horas con suerte, dar el show de cierre de gira y volver a CDMX para tomar su vuelo hacia Argentina. Pasaron por Guadalajara, Morelia, León, Puebla, Pachuca, Toluca, CDMX y Monterrey, recorriendo más de 3.500 kilómetros de tierras aztecas.
Bestia Bebé es una banda de rock a la antigua. Así como los Ramones se subían a una camioneta para recorrer su país, ellos hacen lo mismo en épocas de aerolíneas low cost. Una banda de amigos que termina su show, carga sus equipos en su auto, pone música y se dirige hacia el próximo destino.
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Foto principal: Costanza Juan.