Para una banda europea con una trayectoria corta, la idea de presentarse en un estadio en las distantes tierras sudamericanas suena en cierto modo a conquista o al alcance de un reconocimiento que trasciende la escena contenida del viejo continente y que se expande para ser algo mas que un simple fenómeno. Esto sirve para explicar un poco la situación actual del dúo británico Disclosure.
Con su excelente disco debut, Settle (2013, Island Records), los hermanos Lawrence (que parecen gemelos pero no lo son) revitalizaron el house, un género muerto o al menos falto de ideas, sumido en la monotonía de una radio fórmula que ya se suponía agotada. A través de instrumentaciones simples y melodías perfectas, los británicos lograron alejarse del terreno de contemporáneos como David Guetta para llevar a cabo un revival que traía de vuelta a la música dance de principios de los ’90 (pienso en Technotronic, Corona o incluso los divertidos Deee-Lite) con una frescura que les valió el aprecio de la crítica y el público. Por otro lado, su segundo disco, Caracal (2015, Capital Records) conformaba un trabajo mas irregular en su búsqueda de experimentación y nuevos sonidos pero sin dejar de mantener un standard de calidad en cuanto a composiciones que contaban con la colaboración de figuras como Lorde, The Weeknd o nuevamente Sam Smith.
En el marco del Caracal Tour, el pasado viernes Disclosure desembarcó en el estadio de Avenida Madero al 400 para llevar a cabo un show sumamente prolijo ante un público que entendió la propuesta a la perfección y no paró de bailar un segundo.
Arrancando a lo grande con la infecciosa “White Noise“, Howard y Guy Lawrence salieron a escena en una escenografía que los ubicaba en dos cabinas idénticas (al más puro estilo Daft Punk, Justice o Chemical Brothers) posicionadas en el medio del escenario y cuidadosamente iluminadas para que podamos alcanzar a apreciar que mucha de la música que escuchábamos era tocada en vivo. Detrás se veían hipnóticas proyecciones en una gigantesca pantalla widescreen que se complementaban con un juego de luces al ritmo de los beats deep house que se sucedieron en formato non stop a lo largo de 80 minutos.
Con un setlist que se apoyó en una selección equilibrada de lo mejor de Settle y Caracal, los británicos supieron hacer frente al desafío de convertirse en una banda de estadios con un sentido del entretenimiento muy desarrollado que hizo que pese a tratarse de una performance con una duración acotada, la intensidad se mantuviera a tope durante toda la noche, con excepción del momento en que Brendan Reilly se subió al escenario para acompañar al dúo en voces en la intimista “Moving Mountains“.
Como era de esperarse, los momentos mas álgidos y celebrados de la noche se dieron cuando Disclosure volvió a la frescura de los hits de su debut como en la frenética “F For You“, o su conocida colaboración con Sam Smith, “Latch“, que fue el corte con el que cerraron y se despidieron de un público con las cámaras de sus celulares en alto debatiéndose entre la selfie en grupo o filmar la despedida de los hermanos sobre el escenario.
Prueba superada, Disclosure no solo le hizo honor a la expectativa que los antecede, los Lawrence también demostraron que pueden sortear sin mayores inconvenientes la presión de sostener un show de más de una hora en escala grande frente a una audiencia que en un principio no les era familiar, no solo con buenas canciones y hits ineludibles sino también con una puesta en escena a la altura de sus aspiraciones.
Setlist:
1. Intro
2. White Noise
3. F For You
4. Jaded
5. Magnets
6. Omen
7. You & Me
8. Echoes
9. Nocturnal
10. Bang That
11. When a Fhire Starts to burn
12. Boss
13. Holding On
Encore:
14. Moving Mountains (con Brendan Reilly)
15. Latch