Sábado: Los Nastys, Toundra, Chancha Vía Circuito, Molotov y Bomba Estéreo
Bajo un charco, así deberíamos haber comenzado nuestra jornada el sábado pasado para poder combatir el calor que azotaba en Madrid a las 6 de la tarde. El Jardín Botánico Alfonso XIII nos recibía a unos 100 grados centígrados, sin exagerar un calor insoportable.
Milagrosamente unos intrépidos jóvenes madrileños, más conocidos como Los Nastys, se mantenían en pie bajo el calcinante sol europeo. Éste grupo del underground local disfruta de su momento de gloria y nos lo transmite. Con un sonido pulcro y edgy cautivaron a un público que se se mostraba compañero. El cuarteto veinteañero de Madrid defiende el género indie con melodías cortas, furiosas y pegadizas. La propuesta nos parecío corta, pero con altura y mucha onda.
Aprovechamos las pausas, un tanto largas entre cada artista, para recorrer un poco las instalaciones. Las Noches del Botánico se presentan en un pintoresco y pequeño recinto con grandes anhelos festivaleros. Hay zonas de relax, el típico baño formato remolque y hasta propuesta gastronómica; las barras tampoco se quedan atrás y nos invitan a hidratar nuestro desamparado cuerpo con un buen “mini” cervecero. Quizás una de las mejores opciones que nos ofrecía este espacio era la zona de gradas, lugar privilegiado que adoptamos para continuar la jornada.
Era el turno ahora de Toundra, una banda de rock instrumental que se formó en Madrid allá por 2007. Nos atrapó desde su místico nombre hasta su heterogéneo look. David Maca (guitarrista), Esteban Girón (guitarrista), Guillermo (batería) y Alberto Tocados (bajista) suenan increíble, son potentes y prolijos casi rozando la perfección. Lograron captar la atención de todo el público presente, teniendo en cuenta los 40 grados a la sombra y la ausencia total de estribillos, merecen un reconocimiento sólo por ello. Hay conexión entre sus miembros, complicidad y sin lugar a dudas amor por la composición, su único lenguaje.
El público forma parte del viaje artístico que propone el cuarteto, el cual a veces parece extrañar la figura de un micrófono que les permita conectar aún más con sus oyentes. 40 minutos de goce, sin lugar a dudas, aunque dudamos si este festival era el acertado para un espectáculo de éstas características.
La puesta de sol fue casi tan festejada como la llegada de Chancha Vía Circuito y su fiesta. Nuestro representante en la primer jornada del Festival Charco no defraudó. Con su característico colorido chaleco y electro cumbia el productor bonaerense encendió la pista de baile. Se presentó y desde el comienzo entendimos que lo que quería era que bailemos. El público aceptó divertido. Su propuesta fue quizás la que mejor reflejó la esencia del festival: la celebración iberoamericana. Dejó a la audiencia contenta y lista para lo que venía. La pregunta que nos hacemos es, ¿habrán entendido los españoles la canción de pecho frío?
Guacamayo Djs continuó con la fiesta, pero desde un costado, ambientando así la espera con su cumbia colombiana; la realidad es que todos estábamos impacientes por recibir a los mexicanos Molotov.
Randy Ebright, Paco Ayala, Tito Fuentes y Micky Huidobro se adueñaron del escenario principal pasadas las 21:30 trayendo la dosis necesaria de rock luego de tanto punchi punchi. Su irreverente sonido, cargado de simbolismos y doble sentido enloqueció a todos los presentes. Desempolvaron su extensa discografía, que ya cumple 20 años, y no escatimaron en clásicos como “Gimme the Power“, “Frijolero” o “Hit Me“. La bomba Molotov es moneda corriente para todos, pero su larga ausencia en los escenarios españoles generó cierto halo de grandeza en su presentación que se llevó todos los aplausos. Los años, en el caso de los músicos, acentúan sus virtudes a gran escala, ejemplo de esto fue el increíble solo de batería que nos regaló Randy. ¿La sorpresa? La invitación a Toreros Muertos para interpretar el tema “Mi agüita amarilla“. Esto sí que sonó a rock independiente, y del bueno.
Las horas pasaron y un recinto que pecaba de vacío en sus inicios, ahora luchaba por cobijar al gran número de visitantes que se habían acoplado. No podía ser de otra forma ya que faltaba la cereza del postre: Bomba Estéreo.
Sin embargo la espera se hizo eterna, más de 40 minutos tuvieron que pasar para que Liliana Saumet irrumpa en escena enfundada en un vestido blanco con “alas” incluidas. La apuesta colombiana llegó para comprobar que hace rato rompieron la barrera regional y han conquistado las fronteras con su peculiar sonoridad. Hubo mezcla de sonidos, a los que ya nos tienen acostumbrados, y repertorio para todos los gustos con temas como “Somos dos“, la super potente “Fuego“, “La Cumbia Psicodélica” y la hollywoodense, hit en el que el mismísimo Will Smith puso la voz, “Fiesta”.
La noche llegaba a su fin y aunque nos quedamos cortos con las actuaciones, casi ninguna supero los 60 minutos, la primera jornada del Festival Charco nos gustó porque una vez más confirmó que la música hispana está más viva que nunca.
Domingo: Tulsa, Juana Molina, Chico Trujillo, Xoel López y Jorge Drexler
El domingo del Charco se presentaba con casi las mismas temperaturas que el día anterior, pero por alguna extraña razón que todavía desconocemos lo sentíamos mil veces más. Para colmo la organización de la segunda fecha sufrió varios percances con el sonido y cuestiones técnicas que nos hicieron esperar más de trea horas para comenzar a disfrutar de algo de música en El Jardín Botánico Alfonso XIII. La impaciencia humana suele ser bastante dañina, si le sumás 40 grados la escena se vuelve algo tarantinesca.
Comenzamos con nuestra paisana Juana Molina, pero lamentablemente luego de dos canciones decidió abandonar el escenario por el mal sonido.
Era el turno ahora de Tulsa, que sorpresivamente tenía que tocar a las 18:45 pero vio la luz recién sobre las 21; sólo 20 minutos duró esta alegría, un tanto efímera.
Llegaría entonces el gallego Xoel López, para justificar el pago de la entrada y calmar a los presentes. El artista español ha alcanzado su esplendor y a quienes todavía no lo conocíamos tanto, nos conquistó con su último trabajo Paramales.
Tocaba distenderse un poco y olvidar el mal trago de una truncada tarde, y para ello estaba Chico Trujillo incluido en la cartelera. Los chilenos trajeron la alegría que necesitaba esta segunda jornada eclipsando al público presente con su cumbia rock.
El cierre del festival estuvo a cargo del uruguayo Jorge Drexler, quien una vez más demostró que no sólo es grande musicalmente hablando; sino que además le queda tiempo para portarse como un caballero y cederle unos minutos de su set a la artista argentina Juana Molina.
Una pena que hasta el broche de oro que estaba dando el Señor Drexler con su último tema haya sufrido las consecuencias de un serio problema de sonido. Sólo escuchamos la mitad de ella.
Te tenemos fe Charco, tu propuesta y tu mensaje es increíble; los años te traerán la gloria y organización que necesitas. ¡Aguante la música en español, carajo!