Uno de los sellos abanderados de la vanguardia del indie local es Yolanda. Eso ha venido quedando cada vez más claro con la expansión de su catálogo de artistas con quienes han grabado discos, compilados y organizado fechas durante estos últimos años. La fecha del viernes 3 de noviembre prometía una heterogeneidad dentro de un espectro con una estética sonora muy coherente, que incluía una banda internacional, aunque el cierre estaría a cargo de los mendocinos Perras On The Beach que han sabido convertirse en un fenómeno casi que viral en la escena.
La apertura corrió por cuenta de Mansibal, que entregó un garage rock contundente, energizando a los asistentes. Fonso, a quienes muchos conocemos y admiramos por su trabajo como solista, estaba a cargo de guitarra y voces, aunque también se encargaba de voces, trompetas y armónica Franklin, vestido con un overol y haciendo alarde de una actitud desinhibida y desfachatada que conectó bastante bien con el público que coreaba con ellos los riffs de guitarra. Un enorme peluche de oso que estaba sobre el escenario fue también protagonista en ciertos momentos, como cuando fue arrojado al público en medio de un pogo animado. Las visuales lisérgicas con la característica imagen de un perro, imagen insigne de la banda, también ayudaron a crear un clima de diversión durante su show.
Después llegaría el turno de Mi Amigo Invencible, con sus letras sensibles y una interpretación impecable. Hubo instantes en que se generó una atmósfera de intimidad y emoción con canciones como “Noches de Ciencia Ficción”. Más adelante el público coreó con energía “Máquina del tiempo”, el tema más popular de su repertorio. La banda liderada por Mariano di Cesare también aprovechó la ocasión para interpretar en vivo su reciente EP Nuestra Noche, lanzado hace dos meses.
El siguiente turno sería para los catalanes de El Último Vecino, que con los bailes espasmódicos y el dramatismo de los gestos a lo Morrissey de su vocalista, Gerard, cautivaron la atención de los presentes, que bailaban sus melodías post-punk con tintes de surf pop. Canciones como “Tu Casa Nueva”, “Culebra, Columna y Estatua” y “Antes de Conocerme” fueron las más aplaudidas, mientras que hubo espacio para un semi-acústico con “Mi Chulo”, su más reciente sencillo.
Al final de la velada, Simón Poxyran y compañía se tomaron el escenario para llevar su carisma y dinamismo al salón, colmado casi en su totalidad de espectadores entusiasmados. Los jóvenes mendocinos presentaron canciones nuevas “para los que están enamorados, y los que no también, para que se enamoren y dejen de ser giles”, en palabras de Simón. Además, claro, de las canciones su disco debut que ya muchos conocen y cantan de principio a fin, como “Puchos”, “Mis Amigos” y “Australia”. Fue memorable, en todo caso las incursiones de Simón en batallas de rap con amigo, invitado para la ocasión, así como con Bruno, su compañero de banda, que finalizó su enfrentamiento de versos cantando con voz de tenor un fragmento de “Un beso y una flor” del legendario Nino Bravo. Poxyran rindió homenaje a su amigo Fonso entonando un fragmento de “Cuento las horas”, canción incluida en su aclamado nuevo álbum Some Plays, publicado hace pocas semanas, y que Simón reconoció como un “tremendo disco”, expresando admiración y respeto por las creaciones de mencionado amigo.
La noche de Yolanda en zona oeste fue, cuando menos, entretenida y emotiva, entregándole a quienes asistimos shows de calidad y llenos de originalidad.