No cualquiera llama la atención de genios como Stevie Wonder, Quincy Jones o un contemporáneo como Anderson .Paak. Este joven de 23 años londinense subió su primer video a YouTube en el 2012, un cover de un clásico de Stevie, y desde ese día no sólo alcanzo el reconocimiento de sus pares, sino que además ganó millones de reproducciones y una legión de fans que lo sigue alrededor del mundo.
Jacob Collier es cantante, compositor, productor y multiinstrumentista con un estilo que mezcla jazz, folk, electrónica, góspel, soul y por sobre todo la improvisación. La noche del pasado miércoles fue una clara muestra de todos sus talentos y capacidad para mezclar distintos géneros y convertir el escenario de Niceto Club en su casa.
Collier edito su primer disco titulado In My Room en 2016, totalmente grabado en la soledad de su habitación. Eso es algo que el muchacho logra trasladar muy bien al vivo, hace participar al público cuando pide que hagan palmas o sigan la letra de las canciones, que muy inteligentemente aparecen en una pantalla. Desde el comienzo del show los hace jugar y someterse a su mundo, un lugar donde toca la batería, para rápidamente correr hacia el piano y volver al centro de la escena para armonizar.
El ganador de dos Grammys vino a nuestro país con la excusa de presentar su disco debut y por supuesto también hubo espacio para covers como “Don’t You Worry ‘Bout a Thing” de Stevie Wonder, “Close to You” de Burt Bacharach, su ya clásica versión de “In My Room” de The Beach Boys, entre otros. También tocó dos de sus canciones ganadoras de premios, como lo son “Flinstone” y “You and I”.
El británico dejó el jazz contemporáneo en lo más alto ante un público que supo apreciar tanto los momentos más eufóricos del show como los más íntimos, por ejemplo cuando Jacob se sentaba al piano. Fue sin dudas uno de los mejores viajes sonoros que acompañaron este 2017, la ciudad de Buenos Aires necesita shows de este calibre y debe reclamar más espacio para un género muy poco valorado. Con artistas como Collier, la vara queda muy alta pero nos da esperanzas de ver a muchos de sus contemporáneos.
Foto principal: Pablo Mekler.