La escena del rock cordobés se ha tornado, sin duda, en una de las más efervescentes del país, y es muy difícil distinguir en ella a una banda tan clásica, fresca y vigente como Juan Terrenal. 16 años, 5 discos, 2 EP´s y 3 demos desmenuzados en Studio Theater demuestran que el tiempo no siempre pasa para mal, sino que a veces, la experiencia enseña a hacer las cosas bien.
Es cierto que las personas que están tocando en el escenario de este lugar en el que alguna vez supo cantar Gardel, no son los mismos que hace 16 años grabaron los primeros demos con una catarata introspectiva de post grunge y emo-core que terminaría renovando la escena de una ciudad conservadora por naturaleza y resistente a los cambios como lo es Córdoba. También es cierto que la experiencia los ayuda, y los ha llevado a sonar bien, grabar mejor y aprender a dar un show a la altura de cualquiera de las bandas que hoy suenan en todas las radios del país.
El espectáculo, organizado en orden cronológico consecuente con la discografía de la banda, fue uno de los mejores del año para la música de Córdoba. El gusto exquisito para las gráficas en pantalla, un sonido impecable y la pre-producción de un viaje complementado con archivo y registro periodístico, denotan la dedicación y devoción con la que Juan Terrenal trata a su arte.
Sería, tal vez, la palabra “momentos” la que defina a cada parte de un show extenso, guiado por un repaso detallista, que fue desde los demos “Gris” y “Marrón” (2001) hasta Por siempre (2014), su último disco de estudio. Acompañados también por versiones casi acústicas de colegas y amigos de la banda, como “La Razón” por Esteban Kabalin y “Frágil” por Franco Rochetti (cantante de 4 al Hilo), lograron encontrar cierta mixtura de extroversión eléctrica e intimismo acústico que nos acerca un poco a ellos y nos hace sentir parte de un show que representa totalmente a la ciudad y a nuestra escena. Fuimos parte de algo, aunque no sepamos bien de qué.
Es interesante, por lo menos, la forma en que Juan Terrenal termina siempre abriendo el juego para el rock de Córdoba, redoblando una apuesta fuerte y sin miedo a un riesgo alto, como el que implica un concierto de estas características para una banda del interior del país. Quizás, y espero, esto sea un empujón para los músicos de esta escena (entre los que me incluyo), para subir un poco más la vara, enfrentar el miedo al fracaso y jugarnos al 100% por nuestros proyectos. Aprendamos la lección. Muchas gracias Terrenales.