Después de la presentación de la banda soporte elegida para esta ocasión, Los Asteroids, el telón se abrió al ritmo del tema de Terminator 2 para que Mac y su banda dieran inicio a su espectáculo. Para esta segunda presentación en suelo argentino, el canadiense había escogido una listado de canciones que incluía principalmente cortes de “Salad Days” y “Another One”, sus más recientes álbumes. Abrió el recital con “The Way You’d Love Her” y luego “Salad Days” mientras que el público armaba un pogo amistoso desde los primeros acordes interpretados en el show. Aunque sin duda la euforia invadiría a todos cuando sonaron las veraniegas “The Stars Keep On Calling My Name” y “Cooking Up Something Good”, ambos animados temas del segundo y aclamado disco del músico proveniente de Canadá, y que fueron coreados con ahínco, desde las estrofas hasta la melodía de la guitarra.
Los fumadores tendrían su momento de gloria y emotividad con “Ode to Viceroy”, canción durante la cual muchos encendieron, aspiraron y hasta levantaron el aire sus cigarros encendidos. Mac se mostraba complacido y sonriente, y un halo de complicidad cómica parecía reinar en el ambiente durante toda la jornada. Demarco y su banda hasta se tomaron un momento para discutir qué tan buena había sido la saga de películas de Star Wars y alcanzaron a interpretar más de 15 temas, entre ellos “Reelin’ in the Years”, un cover de la banda Steely Dan, y la infantable “Freaking Out The Neiborghood”, tal vez la más recordada de su segundo disco y que resume bastante bien la filosofía desenfadada y afectuosa de su música.
Casi al final del recital sonó “Chamber of Reflection”, una de las más esperadas y “Still Together” que parecía anunciar el final de la velada. Durante un jamming de sus músicos que jugaban a tocar solos de guitarra y riffs heavymetaleros, Mac, que sin duda disfruta enormemente de la cercanía con sus seguidores, se arrojó al público y además de recorrer el recinto en brazos de los asistentes, encontró la forma de treparse al balcón del piso de arriba y, sin zapatos y con mucho entusiasmo, subió a saludar a los presentes en aquella parte del salón. Luego de que tuvieran lugar las selfies y los abrazos respectivos, se arrojó nuevamente de espaldas, desde aquel piso hacia la multitud que una vez más lo recibiría en la planta baja.
Después de toda la adrenalina de aquellos minutos y un cover del clásico “Smells Like Teen Spirit”, llega el cierre de “Still Together”, canción que había sido interrumpida con el jamming y la interacción con el público, bordando el final de una cálida presentación del enfant terrible canadiense, sin duda un carismático y accesible profeta de esta generación que se ha ganado el aprecio del público latinoamericano.