Johan Duncanson, Martin Larsson y Daniel Tjäder, a.k.a The Radio Dept., visitaron nuevamente el continente y en esta ocasión, antes de presentarse junto a Slowdive en el festival chileno Fauna Otoño, hicieron un hueco en su agenda para pisar suelo argentino por primera vez.
La cita fue el pasado 11 de mayo en Niceto Club, y con un show apoyado principalmente en Running Out Of Love, su más reciente lanzamiento discográfico tras un prolongado silencio, estos militantes del indie sueco brindaron una masterclass sobre cómo hacer música pop con compromiso político, derretir corazones y calentar una pista de baile al mismo tiempo.
El hecho de que T.R.D. haya adquirido status de banda de culto dentro de la escena tiene que ver, no solo con haber apostado por marcar la diferencia y sostenerlo a lo largo de los años, sino además, con haberlo hecho siempre desde la integridad. Si bien el sonido dream-pop con impronta lo-fi que los caracterizó desde su primer trabajo, el celebrado Lesser Matters, todavía está presente en esta nueva etapa. Con Running Out Of Love se adentraron en un terreno mucho más maduro y bailable, que en esta ocasión funcionó como eje principal del show.
Que la noche estuviera lluviosa no representó obstáculo alguno para una propuesta tan tentadora; así es que al momento de los shows de apertura, el clima dentro de Niceto ya era amigable y concurrido. Dieron arranque los misioneros de La Otra Cara de la Nada con su combo efervescente de melodía y distorsión, mientras que el dream-pop hipnótico de Glass se encargó de dejar bien preparado el terreno.
Pasadas las 22:30 y sin demasiado preámbulo, el dream-trío finalmente salió a la cancha para zambullirse de lleno en una terna de precalentamiento bien groovera. “Sloboda Narodu” abrió el juego con noventosa elegancia y espíritu antifascista (el título corresponde a un fragmento del slogan “muerte al fascismo, libertad para el pueblo” en lengua serbo-croata), y mientras terminaba de acomodarse el sonido, Johan Duncanson iba deslizando su templada voz sobre la base de bongos á la “Sympathy For The Devil”.
La elocuencia on stage no le hizo falta a este joven frontman nórdico, que prefirió dejarle la palabra a las canciones y se limitó a hablar lo justo y necesario con el público; sabia decisión si las hubo, ya que lo ahorrado en camaradería se recuperó más tarde en compenetración.
Compromiso es un término que los Radio Dept. no usan en vano; quizás sea por eso que “Committed to the Cause”, con su repudio a la voracidad capitalista acompañado de una línea de bajo penetrante y funkera, resulte uno de los mejores tracks del nuevo álbum, y escucharlo en vivo no podía ser sino una experiencia superadora.
“Swedish Guns” protestó contra la industria armamentista sueca apoyándose en las influencias del reggae y el dub, mientras que la sutileza pop de “Can’t Be Guilty” pidió permiso para bajar los decibeles, al tiempo que marcó un reencuentro con el costado más intimista de la banda; situación que se repitió con “1995” y “Bus”, ambas del primogénito Lesser Matters.
De Clinging To A Scheme, el antecesor de Running Out Of Love que bien podría leerse como la transición sonora entre sus primeros dos trabajos y la actual apuesta, las elegidas fueron “Heaven’s On Fire” (al comienzo de su versión grabada puede oírse un sampleo de la voz de Thurston Moore predicando acerca de cómo la cultura joven es monopolizada por los grandes negocios), “Never Follow Suit” y “David”, mientras que su segundo álbum, Pet Grief, fue evocado con “The Worst Taste In Music”.
Los singles son otra carta importante dentro de la discografía de la banda, y de ese repertorio se despacharon con “The New Improved Hypocrisy” y el instrumental “Death To Fascism”, las cuales no llegaron a formar parte de ningún álbum. A los pocos segundos de comenzada esta última, un desperfecto técnico rompió el clima del que fuera uno de los momentos más interesantes de la noche; pero gracias a la insistencia del público, los suecos se convencieron de intentarlo nuevamente y esta vez, afortunadamente, el saldo resultó positivo.
Con “We Got Game” y “Teach Me To Forget” declararon rotundamente su amor por los sonidos de los ’80, especialmente aquellos con reminiscencias a Pet Shop Boys, Inner City y el New Order más Disco-Ibiza. El clímax pistero en este sentido lo encabezó la apoteósica “Occupied”, una exteriorización en clave techno-house (con el plus, además, de unos sugestivos sintes a lo Twin Peaks/Angelo Badalamenti) acerca de la batalla legal que les tocó librar con su sello Labrador Records.
Para los bises, el termómetro lo-fi guitarrero levantó temperatura con “Why Won’t You Talk About It?”, y era ésta la pieza que faltaba para probar que a fin de cuentas, si de esquivar etiquetas se trata, en 22 años de carrera The Radio Dept. lo ha venido haciendo casi sin proponérselo; y es que siempre tuvieron metas más profundas. Aferrarse a un plan, combatir el conformismo desde todos los frentes y utilizar el arte como herramienta de cambio social no son pocas cosas a conjugar; por lo cual, cuando eso se traslada a la música y se entrega desde un escenario con pulso tan metódico y semejante dosis de beats bailables, la experiencia, además de genuina, resulta sumamente gratificante.
Foto principal: Dafna Szleifer