Es natural experimentar cierta nostalgia veraniega a esta altura del año, pero habrá que ser pacientes; para todos lo demás, existe Cosmo Pyke. Sí, ese es su verdadero nombre; Cosmo David Augustus Pyke, para ser más precisos, y escuchar su debut Just Cosmo es lo más cercano a estar tirado al lado de una pileta, con 30 grados de temperatura y el sol rebotando en los Ray-Ban espejados. También basta darle play a cualquiera de sus coloridos videoclips en YouTube para advertir que es la personificación de la juventud cool londinense: 20 años recién cumplidos, look arty rematado con tupidos dreadlocks (como un Basquiat más pelilargo), grafitero, skater, y alguna vez, modelo. Para completarla, también hizo un cameo en el video de “Nikes“, de Frank Ocean, y su material viene de la mano de Fraser T Smith, letrista y productor musical británico que trabajó con artistas como Adele y Stormzy. Pero lo interesante del asunto es que lejos de ser puro hype, este trovador soulero oriundo de Peckham tiene talento de sobra, y es su sonido intimista y relajado, que efectivamente refresca cual piletazo en pleno enero, lo que lo puso rápidamente en el mapa de la escena.
Hijo de padre jamaiquino y madre inglesa, este multiintrumentista británico que asegura desconfiar del mainstream, creció escuchando a Jimi Hendrix, Bob Marley y Joni Mitchell entre otros, cóctel que de algún modo se hace evidente en su estilo. Si bien éste ha sido comparado con el de su coterráneo King Krule, otro veinteañero que entendió todo, y aunque ambos comparten inspiraciones además de haber estudiado en la misma escuela de arte, la propuesta del pelirrojo explora una veta más nocturna con reminiscencias post-punk/dark wave, mientras que el mitad-caribeño deja entrar un poco más de luz, al tiempo que se hace cargo de su amor por géneros como el reggae y el ska.
Con sólo un EP a cuestas, Cosmo viene desparramando sold-outs dondequiera que vaya, y el show del pasado 17 de mayo en Niceto estuvo lejos de ser la excepción. Mientras se poblaba la pista, otra joven promesa -pero esta vez local- acompañada por una sofisticada troupe de músicos, conquistó a los presentes con su delicadeza. Se trata de Francisca Gil, alias Chita, quien volvió a sus pagos luego de pasar un tiempo en suelo londinense, y también acaba de lanzar un exquisito debut discográfico. A pesar de sus veintiún años, en los cuatro tracks que componen Bring Me Down, ya explora con total soltura territorios jazz y neo-soul, y en esta oportunidad hasta se le animó al bolero, apropiándose del clásico “Sabor a mí” para imprimirle su fina estampa neojazzera.
¿Cómo se sostiene un show a sala llena siendo headliner y teniendo sólo cinco temas grabados? Ante esa pregunta, Cosmo demostró tener todas las respuestas; y si bien es cierto que vino con puñado de canciones nuevas bajo el brazo, las cuales conformaron buena parte del setlist, la clave no estuvo ahí, sino en el carisma que derrochó este crooner estival sobre el escenario.
Hubieron varias sorpresas además de los estrenos, y otra de ellas fue ver cómo ese combo distendido de jazz, soul, R&B y blues con el que viene derritiendo streamings desde principios del año pasado, mutó en algo mucho más vibrante y rockero; una suerte de Gil Scott-Heron meets Jimi Hendrix. Si no fuera por su corta edad, y a juzgar por la madurez de su performance, daría para pensar que se trata de un artista con años de escenario a cuestas, más aún considerando la efusividad del público, que ya conocía las letras de todas sus canciones.
“Tiene cara de bueno”, comentaba alguien mientras arrancaba “Great Dane”, una de las favoritas, y no podía ser más cierto. Es que hay algo del orden de la inocencia que en Pyke se percibe intacto, aunque sin perder agudeza; es desde ese lugar que traduce su presente, y lo hace bajo el prisma de sus experiencias cotidianas; gracias a eso, se transformó rápidamente en ícono de su generación.
Cosmo vive en su cosmogalaxia, sí; pero no se corta solo: si bien suele ser el público el que regala flores a su artista favorito, aquí se invirtieron los roles; el carilindo ya había adelantado al comienzo del show que habría regalos, y sobre el final, cumplió su promesa contentando a su audiencia con ofrendas cannábicas. Sin duda, un artista comprometido con sus seguidores. Y luego de escuchar un adelanto de lo que se trae entre manos, como fue el caso de “Rail Road Tracks” o “Gentrification”, o incluso tras ese cierre a toda máquina con una demoledora versión de “Smoko”, el hit viral de los australianos The Chats, quedó comprobado que el joven Pyke no sólo tiene lo necesario para estar a la altura de lo que generó, sino que es de los que apuestan fuerte. Tanto es así, que con sólo un EP editado, la vara ya quedó muy alta; por lo que luego del concierto, cabían dos posibles preguntas: qué vendrá después de esto, o qué se sentirá tenerla tan clara.
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Foto principal: Mica Garate.