Cuando fueron pasadas las 21:30 h, las primeras palabras del histórico discurso de Winston Churchill resonaron en los cuatro costados del Estadio Vélez Sarsfield. El acto de apertura de todos los shows de Iron Maiden dejó a todos como testigos de una presentación histórica de Harris y compañía, donde no solo desplegaron un histrionismo escénico inédito (por lo menos por estas tierras) sino que mostraron todos sus dotes interpretativos musicales. Bruce Dickinson deslumbró con una de sus mejores performances como cantante, llegando a registros que ya parecían recuerdos (buenos recuerdos, por cierto). Steve Harris siempre carga el sonido de la banda sobre sus hombros, algo que, en vez de incomodarlo, consigue sacar lo mejor de sí. Y es increíble a estas alturas, lo que hace Nicko McBrian con la batería, que por momentos pareciera que está en un interminable solo virtuoso: pero en vez de eso, Nicko se ocupa de dotar a las composiciones de Maiden de un aura de potencia único, teniendo en cuenta que es un baterista metalero que no utiliza doble bombo. El trío de guitarristas se encargó de armonizar todos los riff galopantes que salían del bajo de Harris. Sus melodías coreables se volvieron una marca registrada, tan importantes como las letras de las canciones.
El show tuvo un marcado sentido teatral, incluso se puede hablar de diferentes actos a los largo del recital. The Legacy of the Beast Tour salió de un videojuego para celulares, pero creó un marco conceptual apropiado para el grupo y para los escenógrafos también, porque pudieron plasmar una puesta en escena con fuego, fondos que simulan los antiguos vitrales de las iglesias del Renacimiento y, la estrella indiscutible del set, el cazabombardero de la Segunda Guerra Mundial, el Supermarine Spitfire que irrumpió en escena junto a “Aces High”, la primera canción del show. No podía faltar Eddie, pieza clave para todo el universo Maiden, protagonizando un duelo de espadas con el mismísimo Bruce Dickinson. “Where Eagles Dare”, “The Clansman”, “The Trooper”, “Flight of Icarus” y la infaltable “Fear of the Dark” fueron algunos de los temas interpretados por la banda y festejados por la audiencia que había agotado las entradas con varias semanas de antelación. Iron Maiden lo hizo de nuevo, sí señores. Brindaron un espectáculo casi perfecto, el mejor de La Doncella en Argentina, por demás emotivo, dejando una vara muy alta que ellos solos podrán superar.
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Foto principal: Natalia Vidal.