Era un lunes atípico para el público, en su mayoría +30, que se acercó a La Rivera para disfrutar de una noche de noise de la mano de Yo La Tengo. Había mucha ropa formal y un par de camisas a cuadros propias del grunge devenido en juventud sónica que integraba el concurrido aforo del local. A lo largo de casi tres horas, el trío formado por Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew se desplazó a lo ancho del escenario demostrando su habilidad en un arsenal de instrumentos. Minimalismo y noise acompañaron a un público que escuchó perplejo el set de la banda, dejando entrever unos aplausos entre canción y canción.
El show comenzó con “You Are Here”, dando inicio a la primera mitad del show. Fue un inicio arriesgado, al ser un instrumental de 10 minutos, que sirvió para marcar la tónica en la que se desarrollaría la noche. A lo largo de este tramo se enfocaron en las baladas de melodías lentas para hacer entrar al público en clima. Una exquisita versión en piano de “Big Day Coming”, seguida de “Here You Are”, y la banda dio por finalizada la primera mitad del set.
Para la segunda mitad del show, los neoyorquinos apostaron a un show más denso y rico. Ya con el clima creado dieron rienda suelta a la exploración sonora. Un ejemplo del goce de trío arriba del escenario fue cuando Kaplan pidió a su compañeros de banda que repitan un fragmento de “Shades of Blue” para poder apreciar nuevamente la melodía.
La banda tocó sin muchas palabras, con apenas unos chistes en un par de momentos, encadenando sus canciones a través de acoples, notas sostenidas en los sintetizadores o movimientos de percusión. Acciones lentas, cabezas mirando el suelo y un escenario decorado con apenas un par de vinilos colgados, completaban la visual del público.
Uno de los puntos culmines del show fue el cierre del show al ritmo de “I Heard You Looking” con la invitación de su tour manager, Joe Puleo, al órgano. Sobre una base que se repetía pero subía su intensidad, Ira empezó a jugar con su guitarra y dar rienda suelta a toda su pirotecnia sonora.
El trío neoyorquino presentó sus 30 años de carrera al público madrileño que cumplió su anhelo de dejarse cautivar por el confuso paisaje sonoro de Yo La Tengo.
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Foto principal: Luciano Billone.