Empezó el año y empezaron los recitales. Como todos los veranos, el Parador Konex expuso una agenda de lo más interesante y le otorgó la apertura del ciclo más completo del verano a la doble presentación a cargo de Morbo y Mambo, los marplatenses que lideran la psicodelia afrobeat, y Louta, el performer incatalogable que batió todos los récords de crecimiento en el 2017.
Un día pesado en el cual la térmica superó los 35º a la sombra dio un ligerísimo respiro cuando las nubes taparon el cielo. La fila para entrar al Konex con el código QR, la novedad que fue muy aprovechada en Ticketek el año pasado, daba vuelta la cuadra. Tan así que cuando el sexteto instrumentalista dio arranque todavía quedaban muchos espectadores afuera, presionando por entrar.
Previo al show, un grupo de patinadoras había realizado una coreografía en el patio que terminó pintando algunas caras (literalmente). Como se había prometido, el show de la Morbo empezó puntual 19:30; todavía mucha luz diurna que contrastaba con los eléctricos beats del grupo: “esto pega para boliche” le decía una joven a su amiga, sin animarse todavía a mover el esqueleto, pero mirando atentas. Solo el ojo entendido podría notar que el bajista, Manu Aguilar, había sido reemplazado por Rodrigo Monte; de lejos esto pasaba desapercibido (“no tan distintos”). Nada que preocuparse, Rodri estuvo a la altura y Manu pronto volverá de sus vacaciones.
El patio comenzaba a llenarse y la música adentraba a cada cual en su mambo de verano, la noche caía y los cuerpos se movían sumando poco a poco intensidad. Los infaltables pasitos de Andrés (trompeta y pandereta) contagiaban el entusiasmo por el baile, acompañado en ocasiones por Maxi (trombón y guitarra). El guitarrista agradeció la concurrencia, presentó a la banda y vaticino el próximo carnaval de Morbo y Mambo en Niceto, junto a Peces Raros el 10 de febrero. “Es un honor abrir el Parador Konex y compartir escenario con Louta. Vamos a hacer unos temas más y después sigue la fiesta”. El final vaticinado tuvo toda la onda y con brazos en alto sonaron “Kerosene”, “Junior” y “4-4-2”, que abrocharon la presentación de una hora que hizo mucho más que solo “entrar en calor” a la gente. Aquí el setlist completo.
Nuevamente, las patinadoras hicieron una aparición fugaz, escabulléndose entre la gente para una segunda ronda de pintar caras. En el ínterin, una mujer leía emotivos poemas desde el escenario. Durante media hora, musicalizada con artistas afines de la movida indie como Usted Señálemelo, Francisca y Los Exploradores y Onda Vaga —que se presenta este viernes 19 en otra importante fecha del Parador Konex—, los asistentes de producción se encargaron de ambientar el stage: un sillón, algunas macetas con plantas de plástico, una lámpara… Al rato, Louta se asomaba por el costado del escenario y la gente ya empezaba a gritar. Protagonizó una entrada elocuente, con los brazos en alto y los vítores de la gente que se mezclaban con los que salían por los parlantes; acto seguido “Ponételo Bien” abrió entusiasta la noche de performances.
Ir a ver a Louta no es ir a un recital cualquiera. Vestido siempre de la misma forma, el joven Jaime James jamás sale del personaje al que le ha dado vida y entidad propia. Cada presentación se caracteriza por la utilización de los más diversos recursos de producción: la ambientalización mencionada, coreografías que incorporan desde 2 hasta 20 bailarines, una burbuja gigante, un cuadro flotante, papelitos, luces, actores entre el público y más. Dicen que Jaime es una tormenta de ideas, y su productor Manuel Waldman no se queda atrás. Algunos se preguntan si es un rapero, puesto que canta solo con su micrófono sobre las diversas pistas, pero esa etiqueta tampoco le hace justicia.
“Cuadradito de prensado” fue otro de los grandes hits que el público supo cantar. Un grupo de actrices y actores se metió entre el público para levantar paraguas negros en un momento sincronizado, pero con mucho disimulo, como intentando pasar por una/o más entre la gente. Recordemos que, hasta el día de la fecha, el artista ha lanzado un solo álbum homónimo. Por esto, en los shows hay temas muy conocidos por el público y otros no tanto, que son los que integrarán el próximo álbum que ya se encuentra en proceso y saldrá sin dudas este 2018.
Un grupo de actores vestidos Louta-style sostuvieron un marco y un fondo de cielo celeste con nubes para que el artista cante a un tempo ralentizado su electro-balada “Alto Uach”. Matu Aguilar (hermano de Manu y baterista de Morbo y Mambo) se subió a escena y rompió tremendo solo de batería para darle tiempo a Louta de ir disimuladamente al fondo del patio y meterse en una bola plástica inflable con papelitos voladores y girasoles de plástico dentro. Cantó desde ahí mientras era empujado en una plataforma rodante (que le servía de base) hacia la cercanía del escenario; algunas y algunos entre el público estiraban la mano y frotaban la burbuja que rodeaba al engominado.
Llegando al final, Louta se tiró a descansar en el sillón del escenario, con la misma tranquilidad con la que cualquiera se echa en el sillón de su casa tras volver de trabajar. Ahí silbó “Sigo sin entenderte” que fue cantado por toda la concurrencia a modo de intro, antes de que el tema fuera efectivamente entonado por el músico.
Remixando partes de “One More Time” de Daft Punk con estrofas de “Papi Chulo” y “El Meneaito” —rapeos propios incluídos— el joven se encargó de que el calor no fuera lo único que hiciera transpirar. Como siempre, durante “Qué bien que estoy” el artista obligó al público a agacharse, a todos, a todas, “los del fondo también, ustedes los de la escalera especialmente, todos abajo” dijo, y explotó todo (lluvia de papeles incluida) con la frase “saltando, saltando quiero que me miren”; frase que en el disco en realidad reza “soltando, soltando” pero que en todos los shows es cambiada, quién sabe, seguramente se diera por el mismo público entendiendo “saltando” desde los inicios de Louta live.
Para terminar, el Alto Uach se quedó festejando y pidiendo aplausos, subiendo sus manos al nivel de las orejas y simulando que se caía tras cada golpe de gritos de sus fans. Tribunero, la secuencia se repitió unas cuantas veces antes de que las luces se apaguen.
A la salida, la gente se iba con toda la calma, algunos incluso frenaban para comprar la última cerveza. Mientras, Matu repartía entre el público los flyers del mencionado carnaval morboso en Niceto. En la esquina y emprendiendo retirada, Andrés se tomó unos minutos para darnos su perspectiva sobre la fecha: “Contentos, primer toque del año. Había mucha gente en el patio y salió bien. El cuerpo me empieza a pasar factura (se ríe), se me notan los años”. Si bien no se le notan, cómo no le va a pasar factura después de semejante baile.
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Foto principal: Louta, por Diego Moyano.