La edición número 23 del festival Primavera Sound en Barcelona volvió a acertar con un cartel cuidadosamente elaborado para coronarse como uno de los eventos musicales más masivos del país. El sold out hace cinco meses ya anticipaba un éxito rotundo de afluencia de público con 293.000 asistentes llegados de todas partes del mundo, distribuidos entre el recinto del Parc del Fòrum y otras siete salas, y más de 300 shows en vivo.
La apuesta por un público joven y un cartel paritario
Primavera Sound ha sabido reinventarse con una ampliación de géneros musicales que atrae a un público cada vez más variado. Tras muchos años de evolución, el evento es un claro reflejo de las tendencias en la industria musical. Además, desde 2019, Primavera Sound apuesta por un cartel paritario, con igualdad de artistas masculinos y femeninos.
Los tres días principales tuvieron entre sus artistas destacados a las reinas absolutas del momento. El jueves recuperó el Brat Summer de Charli XCX, esta vez acompañada por Troye Sivan. El viernes fue el turno de Sabrina Carpenter y el sábado de Chappell Roan. Tres divas que atrajeron a las multitudes a los escenarios principales del festival.
Otra fiera del escenario acaparó todas las miradas el jueves: hablamos de FKA Twigs. La británica brilló con una portentosa actuación en la que desplegó coreografías con bailarines, pole dancing y baladas en un show camaleónico al que se entregó en cuerpo y alma.
Las hermanas Haim volvían a pasar por el festival el viernes y conectar con su público con su dominio del escenario y su simpatía. Alana, Este y Danielle repasaron su discografía y no pararon de dirigirse a sus seguidores en un show que se hizo muy ameno.
Poderosa fue la actuación de Kelly Lee Owens que el jueves presentó su trabajo Dreamstate. Con una salida triunfal y un directo trepidante, la artista galesa se metió al público en el bolsillo. Le sobraba material para lograrlo, como el temazo que da nombre al álbum, “Dark Angel” o “Higher”. Owens lo dio todo en un set que culminó en un subidón colectivo.
El rugido de afiladas guitarras y la euforia de las pistas de baile
Las guitarras nunca se han ido, pero en los últimos años retoman posiciones con bandas como Fontaines D.C., Idles o Turnstile, tres cabezas de cartel de este año.
En el caos de la primera, una trayectoria fulgurante ha catapultado a Fontaines D.C. a lo más alto en pocos años. Los irlandeses no defraudaron en un intenso show el sábado. Colgando sobre el escenario veíamos un inmenso corazón, el de la portada de su último trabajo, Romance, del que se corearon cortes como “Starbuster”, “In The Modern World” o “Here’s The Thing”. Grian Chatten ejerció de perfecto maestro de ceremonia en una comunión con el público en la que tampoco faltó una enorme bandera Palestina y un gran mensaje contra la barbarie que está sucediendo. No fueron los únicos. Muchos artistas lo hicieron, y el propio festival aportó una instalación en la entrada del recinto, un túnel en el que se podía escuchar el ruido de la guerra.
Por su parte, Idles derrocharon el jueves una buena dosis de ruido, sudor y reivindicación. Como era de esperar, Joe Talbot y los suyos expresaron su apoyo a Palestina entre tema y tema, combinando himnos de sus discos ya clásicos con canciones de Tangk, su más reciente trabajo. Como siempre, desbordaron energía. El sábado, Turnstile incendió otro de los escenarios principales. Aunque tocaron tarde, no impidió que el público se entregara por completo al pogo en un show que pareció eterno. Justamente el día anterior salió su disco, Never Enough, que además venían de presentar en la televisión estadounidense unos días antes. Con las primeras notas de la canción que da título al álbum, y la voz de Brendan Yates abriendo el show, se desató un delirio colectivo.
El jueves actuó la joven banda Momma, liderada por Etta Friedman y Allegra Weingarten, otra clara muestra de que las guitarras están de vuelta. Junto con sus compatriotas Julie, que actuaron antes, fueron un buen aperitivo para todo lo que pasaría por ese mismo escenario durante el festival. Ahí es donde el hardcore tuvo gran protagonismo en esta edición, con bandas como High Vis y Chat Pile. Los primeros, londinenses de origen, complacieron el viernes con temazos como “Choose To Loose” o “Mind’s a Lie”. Los norteamericanos Chat Pile aportaron el sábado una actuación ruidosa, aderezada con los rugidos de Raygun Busch, quien se mostró bastante bromista durante todo el set.
El mismo día, LCD Soundsystem, viejo conocido del Primavera Sound, cumplió con la elegancia de unos veteranos en estos lares. James Murphy y su séquito son apuesta segura para el baile. A pesar de haber anunciado su despedida con aquel mítico concierto en el Madison Square Garden allá por 2014, ellos nunca se fueron y esperamos que siga así. Y siguiendo con el baile como máximo objetivo, Jamie xx repitió en Primavera el jueves para poner patas arriba el festival. El miembro de The xx es ya una parada casi obligada en el largo programa. A su vez, The Dare lo dio todo también en sus dos citas, como live y DJ set.
Clásicos del Primavera, citas imprescindibles y conciertos en salas
El sábado, Anohni and the Johnsons cumplió con una apuesta misteriosa y magnética. Logró enmudecer al público con su voz y su especial show. Con proyecciones de las barreras de coral y el ecosistema marino que las rodea, la británica convirtió su concierto en un alegato a favor de su regeneración y contra el cambio climático, con testimonios de científicos intercalados con las canciones.
Alan Sparhawk actuó el sábado por duplicado en Primavera Sound. Uno de sus shows fue en pequeño formato. El que fuera la mitad de Low sigue ahora en solitario desde el fallecimiento de Mimi Parker, su compañera y pareja. Tras su incursión en la abstracción electrónica con White Roses, My God, este año publicó Alan Sparhawk With Trampled by Turtles, con el que vuelve a los territorios transitados con su banda. Junto a su hijo Cyrus al bajo y otro músico en la percusión, regalaron un emocionante show con momentos álgidos en “Heaven”, “Stranger” o “Not Broken”. El festival también recibió la presencia inesperada de Kevin Parker de Tame Impala, quien apareció por sorpresa el viernes con un DJ set improvisado.
TV on the Radio y Spiritualized regresaron al Parc del Fòrum una vez más para hacer las delicias del público más melancólico. En la misma línea, Stereolab nos transportó a los 90 con su esperado show. Pero es Glass Beams quienes merecen un destacado lugar en este resumen. Es una banda rodeada por un halo de misterio, por las máscaras que siempre llevan en sus actuaciones. La psicodelia exótica y elegante de su EP Mahal resultó el combo ideal para sonar al caer la tarde del sábado. Tampoco podemos olvidarnos de nombres como Sistema de Entretenimiento —que revisitan el más irreverente espíritu de los 80—, Dame Area —con su potente show en vivo—, o Wolf Alice —que se incorporó al cartel en el último momento—.
El festival también contó con grandes actuaciones de Kim Deal, Los Campesinos!, Barker, Magdalena Bay, María Somerville, Dehd, Joy Orbison y Parcels; la interesante propuesta de Squid, el ruido de Gouge Away y la diversión de Confidence Man. Primavera a la Ciutat y la iniciativa del festival “Auditori goes to Apolo & Paral·lel 62” permitieron ver en salas a bandas como Youth Lagoon, Pete Doherty, Destroyer, Kali Malone, Música Esporádica y un largo etcétera. Destacamos el etéreo show de Beach House en Razzmatazz, con unos siempre acertados Victoria Legrand y Alex Scully que también actuaron en el Parc del Fòrum, y el concierto de Cat Power versionando a Bob Dylan en Paral·lel 62.