Ximena Sariñana es, desde hace más de una década, una de las figuras más notables del pop mexicano. Su estilo reboza de autocrítica y espontaneidad, y ha logrado conquistar a un público muy heterogéneo. Ella no es una representante de un nicho específico, sino todo lo contrario: se mueve con comodidad dentro del rock, el soul y el reguetón. Esta actriz y cantante de 33 años aterrizó en la tarima de Niceto Club el pasado jueves 9 de mayo. Allí brindó una intensa presentación que, aunque no era su primer recital en Argentina, sí fue su recital más completo en el país hasta el momento. Ximena había debutado en Buenos Aires durante la segunda edición del Festival Ciudad Emergente en 2009, hace ya una década.
El tema elegido para inaugurar su show en Niceto fue “Mediocre”, una canción acerca de la frustración de batallar contra uno mismo. Sariñana la interpretó mientras tocaba el piano, aunque a medida que la canción se desarrollaba se fue uniendo el resto de su banda. Lo que empezó como una balada suave, terminó como una pieza de rock enérgica y teatral. Más adelante, compartió con los presentes una anécdota para explicar lo feliz que estaba de ofrecer un concierto en Niceto. Confesó en medio de risas que había ido a bailar en ese mismo recinto con amigos hace unos años. En una de esas ocasiones tomó “unos tequilas de más” y terminó dormida dentro de uno de los baños hasta que alguien la despertó cuando ya era de día. Por eso le parecía muy loco estar ahora sobre el escenario de ese lugar con cientos de seguidores atentos a su música.
Sariñana invitó a los presentes a moverse sin inhibiciones al ritmo de “Qué tiene”, un tema que habla de bailar sin vergüenza aunque no se tenga “flow”. Allí todos corearon al unísono: “Vale madres lo que digan.” Su coreografía relajada y un tanto infantil combinaba a la perfección con las enormes frutas inflables que decoraban el escenario. En esa misma clave de celebración sonaron piezas como “Sin ti no puede estar tan mal” y “Cobarde”, ambas forman parte de ¿Dónde bailarán las niñas?, su nuevo disco. Y aunque en sus letras hablen de desamor, su mensaje es de esperanza y superación del dolor.
Cuando llegó el momento de interpretar “Pueblo abandonado“, tema en el que originalmente canta junto a Francisca Valenzuela, Ximena invitó a Silvina Moreno a sumarse. La inclusión de la argentina fue uno de los momentos más efervescentes de la velada, pues buena parte de la audiencia también parecía ser seguidora de Moreno, quien también tiene una impronta muy sentimental en su obra. Los fans de larga data agradecieron la inclusión de “Vidas paralelas” y “Normal” en el repertorio, clásicos de comienzos de su carrera. Durante casi toda la noche, la sonrisa fue una constante en el rostro de Ximena y de los asistentes.
La autenticidad siempre ha sido la bandera principal de la propuesta de esta artista que nunca se preocupó por casarse con una estética o un género particular. Además de la potencia de su voz, lo que cautiva de su figura es esa cercanía que ofrece en lugar de construir un alter ego o adoptar una posición de diva. Al cierre de su show, señaló que piensa volver muy pronto. Esperamos que pueda cumplir con esa promesa.
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Foto principal: Mono Gómez.