Cada edición del Yolanda Festival parece seguir su propia línea estética y conceptual, y en esta ocasión se trató de una fecha para celebrar lo diverso y aguerrido de las nuevas corrientes del pop y géneros tradicionalmente catalogados como “urbanos”.
Estaba claro que la figura principal de la noche sería El Guincho: el músico proveniente de unas islas europeas muy cercanas a la costa africana encabezaba la grilla y era evidente también la gran afinidad con su música que guardaba el sonido de las 4 bandas que lo predecerían en ambos escenarios de Niceto.
La velada finalmente comenzó en el Lado A a cargo del dúo Coral Casino, que acompañado de visuales protagonizadas por colores neón y una estética vaporwave, desplegaron su repertorio para los primeros asistentes. Calentaron la atmósfera con canciones de $lytherin (2015) y de su más reciente lanzamiento Summer Romance. El dueto demostró ser una acertada selección para abrir la fecha, siendo tal vez la propuesta que más tenía en común a nivel sonoro con Hiperasia (2016), el nuevo álbum del Guincho en el cual se reinventan ritmos como el R&B y el reguetón fusionados con arreglos electrónicos.
Posteriormente, en el Lado B se tomarían la tarima los chicos de Nunca Fui a un Parque de Diversiones con sus canciones llenas de una arrolladora energía misteriosa y coros ancestrales. Algunos asistentes ubicados en las primeras files aceptaron la invitación a la danza catártica que incitan sus compases. En lo personal, me evocaron mucho el trabajo de artistas como Animal Collective.
Luego la banda del tucumano Juan Román Diosque llegaría al escenario principal para brindar un carismático despliegue e interpretar, en especial, temas de su aclamado trabajo Constante (2014). Para entonces ya Niceto se encontraba colmado por una gran cantidad de asistentes que se movían y cantaban al ritmo de himnos como “Toca Mis Huesos“.
El turno de las Ibiza Pareo sería inmediatamente después, en el Lado B, y sería aprovechado por la dupla de chicas para desplegar en el ambiente su pop ligero, lento y estilizado. Los afanes parecían desvanecerse al sonido de sus canciones que acercaban un poco la brisa de mar a aquel salón oscuro. Se trató de una impecable presentación aunque algunos echamos de menos “Árido Espejismo“, tema comprendido en su debut autotitulado, lanzado el año pasado.
Justo casi a la medianoche, El Guincho daría inicio a su esperado show vistiendo una remera suplente de la Selección Argentina e interpretando un par de canciones de su más reciente álbum, Hiperasia. Acto seguido, el público estallaría en baile y vitoreos con “Novias” y “Palmitos Park“. Además el artista español se tomaría el micrófono en varias ocasiones, la primera de ellas para mencionar lo ansioso que estaba la noche anterior por reencontrarse con el público argentino, tanto que confiesa no haber podido dormir mucho a lo que fue correspondido con cánticos y aplausos.
Luego interpretó “Comix“, hasta el momento el sencillo más exitoso de su más reciente producción, mientras que muchos bailaban su cadenciosa melodía. Después, Pablo Díaz-Reixa se tomaría un momento para comentar su admiración por Messi y para dedicarle una canción a un coterráneo de su natal Las Palmas que se había acercado a saludarlo en instantes previos al recital.
“Soca del Eclipse” y “Ghetto Fácil“, ambas canciones de Pop Negro (2010), sonaron también en aquel setlist del cual sin duda la más esperada era “Bombay” (que se desprende de ese mismo disco), y que sería la elegida para cerrar oficialmente la presentación. Aunque a causa de la explosión de energía que provocó su interpretación, la audiencia pediría que el show continuara, a lo que el Guincho respondería con un encore encabezado con la tropical “Antillas“. Tras dicho despliegue, muchos de los presentes finalizamos la noche de miércoles invernal bastante contentos e incluso sintiéndonos un poco bronceados.
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Fotografía principal: Pablo Mekler